Opinión

CRONICA DEL PRESENTE

CRONICA DEL PRESENTE

POR: Euclides Gutiérrez Félix
información@elnacional.com

 

Recuerdos

 

En nuestra columna anterior, bajo el título “Mariano tiene la razón”, extendimos un apoyo solidario, a nuestro criterio justo y apegado a la verdad, a las declaraciones que hizo el presidente de la Suprema Corte de Justicia denunciando su preocupación de “que el país tenga cada día más abogados titulados de universidades, pero con menos calidad profesional para brindar un servicio eficiente a la ciudadanía”, y afirmamos que Mariano Germán es un hombre valiente y de honor que no teme decir la verdad y con la suficiente experiencia en el ejercicio profesional para saber lo que dice. En esa columna recordábamos la calidad y el nivel que tenían los abogados con los cuales iniciamos nuestra incursión en el área del derecho, cuando teníamos apenas dieciocho años de edad. Esos recuerdos, al parecer, impresionaron a muchos amigos que me han pedido que los amplíe y así lo haremos.

En el registro de nuestra memoria no solamente estaba el nombre de Rafael Augusto Sánchez Ravelo, dueño y primera figura del bufete de abogados donde nos iniciamos, sino también el de sus hijos y familiares políticos. Aunque mi maestro de más influencia, padrino de confirmación y esposo de mi prima Mercedes Luisa Félix Cuevas, fue Luis del Castillo Morales, fundador de la Escuela de Sociología de la Universidad de Santo Domingo, hijo de Luis C. del Castillo, brillante abogado, patriota y maestro de extraordinaria capacidad. Pero desde esa oficina hacíamos trabajos a otros abogados que se extendieron después, tareas y compromisos que incidieron de manera profunda e importante en los matices de nuestra personalidad. Esas tareas las hicimos hasta el momento de terminar el estudio de nuestra carrera en el año de 1960 y podemos recordar, con verdadero orgullo y satisfacción, que éramos requeridos para hacer trabajos jurídicos como taquígrafo-mecanógrafo por esta lista de profesionales del derecho que presentamos a continuación:

Carlino González Batista, Pompilio Bonilla Cuevas, Francisco R. Carvajal Martínez, Bueyón, Rafael Valera Benítez, Fefé, Rafael Herrera Cambier, Macuín, Leovigildo Curiel Batista, Nelson García de Peña, Rafael Flores Mota, Felo, Julio César Castaños Espaillat, Juan Tomas Mejía Feliú, Radhamés Cantizano, Luis Arce Medina y, ocasionalmente, Héctor Cabral Ortega y Nabú Henríquez Díaz, vecinos del bufete de Luis del Castillo Morales y Carlino González Batista; la mayoría de los cuales eran “desafectos” del régimen de Rafael Trujillo Molina, pero todos excelentes profesionales del derecho y algunos de ellos como Luis del Castillo Morales verdaderos eruditos.

Cuánta razón tiene Mariano Germán cuando se lamenta de la profunda inversión de valores que hay en los graduados como licenciados en derecho de nuestras universidades, lo que explica, sin vacilaciones de ningún género, la crisis, y podríamos decir que la quiebra, preocupante y dolorosa, del Poder Judicial en nuestro país. Estos recuerdos nos permiten, de manera obligatoria, invocar a las autoridades de la Nación a intervenir y tomar las medidas necesarias para garantizarle a nuestro pueblo el respeto y la tranquilidad a la que tiene derecho y reclama. Asumamos todos, abogados y profesionales en sentido general y particularmente los líderes políticos de la República sin importar los partidos u organizaciones a las que pertenezcan, el cumplimiento de nuestros deberes como ciudadanos de la Nación.

El Nacional

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