Animales y conducta humana
Con el calificativo de gato suelen tildar a un ser humano que ha demostrado ser un ladrón.
“Ese muchacho no es mas que un perro” afirmaba la madre al aconsejar a su hija respecto del comportamiento de su novio.
Calificar conductas de humanos buscando similitudes con comportamientos o parecidos con animales debe ser una costumbre muy antigua.
A un sujeto pendejo y temeroso en circunstancias que requieren valentía se le valora como una gallina, pues a diferencia del gallo, esta ave suele huir ante cualquier situación amenazante del entorno.
“Juanito es un burro” comentó un compañero de curso para referirse al bajo rendimiento escolar de este joven. Otra acepción del término es cuando se califica así a alguien muy trabajador.
El tíguere es un conocedor de la vida y con habilidades para salir airoso de situaciones difíciles. Cuando se quiere potenciar el calificativo con ribetes machistas se dice: “Ese es un tiguerazo”.
El profesor Lipe Collado ha hecho contribuciones sociológicas sobre el tíguere dominicano en un ensayo singular: el tíguere tíguere; el tiguere paloma y el tíguere bimbín son algunos de los tipos que el extrae y describe respecto a este comportamiento.
“Ese es un león” pues se las sabe todas y una más… recuerden que este carnívoro ha sido valorado históricamente como el Rey de la Selva…
Una rata es un sujeto asqueroso, de bajos instintos. El ratero es un comerciante mafioso del bajo mundo.
El gallo más apreciado en las lides de pico y espuelas es el que mata a su contrincante. Al ser humano que valoran como tal es un vencedor, un peleador, un habilidoso etc.
Un sujeto atractivo y buenmozo suele ser un gallo o un pollo.
Cerdo puede ser sinónimo de que algo apesta. Se utiliza también ante personas de pocos escrúpulos y comportamiento grosero.
La obesidad plantea serios problemas de salud y de autoestima. Cuando se compara la apariencia física de alguien con la ballena se insinúa que estamos frente a un sobrepeso mórbido.
La lentitud y la agilidad cuando se contrasta al humano con el reino animal, encuentra en la fábula de la tortuga y la liebre los mejores ejemplos. “Mi trabajadora es excelente… pero, lenta como una tortuga”…
Una dama alta, delgada y de piernas finas es comparada con un mamífero y un ave: la jirafa y la garza. Si embargo, una mujer muy pequeña se le percibe como a una hormiguita… y algunos van más lejos y la tildan de: cigüita de patio.
El chivo es un animal escrupuloso para seleccionar los alimentos que ingiere y muy difícil de agarrar a campo abierto. Un tipo chivo, en la acepción popular, es desconfiado, bronco y muy difícil que “caiga en un gancho”.
En la política local hay un león que aspira a rugir de nuevo; un buey que tiene tres yuntas jalando en diferentes direcciones y un gallo colorao que al morir su dueño está buscando mejores peleas.
Apreciados lectores, he querido con esta entrega que publico por segunda vez, a petición de mis lectores, distender este domingo contrastando con las que puedan ser malas noticias, pero, en educación formal hay que ser prudente con el uso de estos calificativos.