En Estados Unidos se estila el debate político entre los candidatos a posiciones electivas. Incluso en los propios procesos primarios de los partidos Republicano y Demócrata, los aspirantes a una misma posición discuten públicamente sus puntos programáticos, edificando al electorado interno y externo sobre sus respectivos planteamientos.
En el escenario político nacional no hay cultura de debate político, y una futura reforma a la Ley Electoral debía de incluir su obligatoriedad, en procura de la transparencia moral de los candidatos y la necesidad de oferta de programas de gobierno, para acabar con la pobre experiencia de que muchos funcionarios resultan electos sin formular propuestas y con un uso defectuoso del idioma español.
El doctor Enmanuel Esquea Guerrero, aspirante a presidir el Partido Revolucionario Dominicano, acaba de formular un reto de debate al ingeniero Miguel Vargas Maldonado, quien también aspira a la misma posición, en la convención del 14 de junio del presente año, y desde ya los economistas de Triálogo asesoran al próspero empresario sobre los aspectos a tocar.
Se especula que Vargas Maldonado ensaya términos económicos con los que podría construir oraciones, si la memoria no le falla, aunque sus alegatos básicos, para justificar su candidatura, descansan en un supuesto 80 por ciento que se atribuye y en que unificaría el partido.
Dice Humberto Eco que la semiótica es la disciplina que estudia todo lo que puede usarse para mentir. Y Vargas Maldonado sabe muy bien que el 80 por ciento que obtuvo contra Milagros Ortiz Bosch no se puede guardar en un banco comercial, pero mucho menos en los bolsillos, porque la actividad política evoluciona y las circunstancias de ayer son muy diferentes a las de hoy.
Ayer Vargas Maldonado fue apoyado abiertamente por Hipólito Mejía y el PPH (ahora Corriente Unitaria), a tal punto que la fuerza del MVP respondía en un 90 por ciento al antiguo presidente de la República, quien anda pueblo por pueblo buscando a su gente y recomponiendo sus tropas con miras al lejano 2012. Hipólito Mejía ha dicho también que desaprueba a Miguel para la presidencia del PRD. Es la misma posición del doctor Luis Abinader, aspirante a la Presidencia de la República y que viene exhibiendo fuerza.
Un indicador evidente sobre la correlación de fuerzas perredeístas lo constituye la votación de los miembros de la Comisión Política para la escogencia de la Comisión Organizadora de la Convención, donde Miguel Vargas perdió. Y los resultados de una encuesta reciente, realizada por la firma Santana y Asociados, otorga al doctor Esquea Guerrero una ligera ventaja.
Sin embargo, un eventual debate político podría convenirle al ingeniero Miguel Vargas Maldonado, porque sería el escenario ideal para despejar nubarrones, exhibir transparencia, exponer antecedentes políticos, su pensamiento ideológico, justificar su doble aspiración y dar a conocer sus proyectos unificadores para el partido y el país.
Para ese debate político sólo falta establecer el canal televisivo, la fecha, la hora y las reglas de juego. El debate sería edificante y constructivo para la opinión pública, sobre todo para los perredeístas, en la medida en que prevalezca un lenguaje de altura y sin caer en lo personal.