WASHINGTON. AP. El entonces director de la CIA avaló una decisión del 2005 para destruir videos sobre una polémica técnica de interrogatorio, sin informar a la abogada de la Casa Blanca, Harriet Miers, quien se puso furiosa al enterarse después, según correos electrónicos internos de la agencia de espionaje.
Los documentos, divulgados el jueves, muestran que, pese a la aparente aceptación del director Porter Goss, las autoridades casi de inmediato comenzaron a preocuparse de que estaban haciendo algo impropio, anticipando una controversia que ha persistido por años y aún es investigada por el FBI.
Los videos mostraban cuando interrogadores de la CIA utilizaban el submarino, una técnica de asfixia simulada que de manera general es considerada como tortura.