AGUADA, Puerto Rico. (primerahora.com). Lo tenía todo, una buena familia, un pasado excelente y un futuro brillante. Pero, echó todo por la borda.
Kelvis Concepción Bonilla tiene a su familia sumida en un profundo dolor tras destaparse su realidad de que sirvió de mula, cargando drogas en su sistema, y arrestado en España cuando se suponía que estuviera estudiando medicina en la República Dominicana. Es un dolor que se extiende a muchos, como a sus maestras en Aguada, con las que se destacó como un chico de 4 puntos.
Kelvis se crió con sus padres David Concepción y Cecilia Bonilla, una familia descrita por sus vecinos como ejemplar y humilde, en el barrio Laguna en el campo de Aguada.
Estudió en la escuela elemental José González Ruiz y allí su maestra de kínder, Sonia Chaparro, aún no sale del asombro de Kelvis, el mismo estudiante inteligente, talentoso, humilde y sencillo, con excelentes notas, pueda pasar entre cinco y seis años en una prisión de España.
Estoy muy afectada. Yo no puedo creer que algo así le haya pasado a ese joven inteligente, disciplinado y cuyos padres han sido muy diligentes y siempre pendientes a que no le faltara nada, dijo Chaparro.
Donna Acevedo, quien le dio clases de inglés desde cuarto a sexto grado, dijo que Kelvis fue excelente académicamente, en conducta y disciplina. Estoy muy afectada y he llorado como nadie se imagina… esto me ha tocado muy profundo, dijo su maestra. Elba González, directora de la escuela elemental José González Ruiz, incluso mostró evidencia de que era un estudiante de 4 puntos, becado, de excelencia, y añadió que sus padres, todo el tiempo estaban pendientes de su hijo.
La etapa de escuela intermedia Kelvis la pasó en la escuela Epifanio Estrada, de Aguada. Lidia Rodríguez, su directora, expresó igual sorpresa.
En sus años de escuela intermedia con nosotros, fue excelente estudiante, becado, del cuadro de honor, del grupo del nivel avanzado en matemáticas y ciencias, que siempre participaba en la feria científica y era sumamente tranquilo… no puedo creer lo que le ha sucedido, dijo Rodríguez.
Él tiene que haber sido engañado o algo tiene que haber pasado, porque no es un estudiante así y yo me niego a creer lo que ha ocurrido, agregó.
El joven de 23 años pasó su escuela superior en el plantel Carlos González y su directora, Zoraida Valentín, describió a Kelvis como un estudiante de alto aprovechamiento académico, sobre todo, con mucha disciplina y orden, talentoso, además de muy estimado y querido por todos.
En los barrios Laguna y Malpaso, donde viven los padres y abuelos de Kelvis, la conmoción igual los arropa.
Maria Acevedo y Gerardo González, vecinos de los familiares de Kelvis, se expresaron impactados y dijeron que no lo pueden creer capaz de su impactante realidad.
Una de las más afectadas es Cecilia Soto, que junto a su esposo Carmelo Bonilla, son los abuelos maternos del joven.
Yo me paso día y noche rezando el santo Rosario, sin dormir, sin comer y tuve que ir al médico porque el dolor es tan grande y tan profundo que no lo puedo superar. No hay palabras para explicar lo que siento y le pido a Dios tantas cosas y al pueblo que nos tenga en oración, dijo una desconsolada abuela que, incluso, está dispuesta a dar su vida por su nieto, porque es un niño que yo lo crié, cuando mi hija trabajaba y nunca tuve problemas para nada.
Mientras hablaba de Kelvis, doña Cecilia estalló en un llanto desconsolado y desgarrador, lo que hizo que su hija y madre de Kelvis, que parecía haber sido fuerte para enfrentar lo que les ha pasado, se derrumbara y llorara también.
Tenemos que ser fuerte, mami, porque si nos esmonguillamos las dos no podemos ayudarlo. Ahora, él está solo en un país donde no sabemos lo que pasará, dijo la mamá de Kelvis consolando a doña Cecilia.
El mundo se me quería caer encima, no duermo, me la paso en el balcón y en la hamaca en espera de mi nieto, dijo el abuelo Carmelo.
Admitió delitos
MADRID, España. (elnuevodia.com). Kelvis Concepción Bonilla, el estudiante puertorriqueño preso en España por narcotráfico, se sometió voluntaria y tranquilamente al proceso y en ningún momento negó su delito al ser intervenido en el aeropuerto Barajas con cerca de un kilo de cocaína en sus intestinos.