En nuestro artículo anterior comentábamos sobre el proceso histórico de la toma de posesión de los Estados Unidos, pero ese artículo quedaría incompleto si no mencionamos los puntos tratados en el discurso de toma de posesión del Sr. Donald Trump. Este discurso, relativamente corto, sin poesías ni retóricas, vino cargado de promesas y pragmatismo, y sobre todo motivando a pensar en grande para hacer un Estados Unidos más fuerte y próspero que nunca antes.
Debo de confesar, que fuimos sorprendidos por la victoria del Sr Trump ya que como la mayoría recibíamos noticias e informaciones en la prensa y en la televisión que no eran del todo positivas ni halagüeñas sobre el candidato republicano. Al parecer, y contra todo pronóstico, para el ciudadano norteamericano la realidad y sus aspiraciones eran otras, y Trump supo calar en esa masa silente que generalmente no votaba.
En su discurso prometió reconstruir su país y restaurar las promesas para todos sus ciudadanos, transfiriendo al pueblo, y no a un pequeño grupo de la capital, el poder.
Dijo que hemos protegido las fronteras de otras naciones y no las nuestras. Recordó que EEUU durante décadas ha gastado millones de dólares en el extranjero mientras que nuestras infraestructuras se vienen abajo, prometiendo un programa de inversiones públicas masivas en infraestructuras.
También aseguro que recuperaría los puestos de trabajo perdidos y que buscaría amistad con otras naciones del mundo sin imponer agendas y respetando la libre determinación de cada pueblo. Prometió erradicar, junto a países del mundo civilizado, el terrorismo islámico radical de la faz de la tierra.
Frente a ex presidentes dijo, que no iba a aceptar políticos que se estén quejando siempre sin hacer nada para remediar las cosas.
Llamo a la unidad del pueblo estadounidense y cito la Biblia diciendo lo bueno y agradable que es cuando el pueblo de Dios vive junto, unido. Exclamo que cuando EEUU se une es totalmente imparable y que estaremos protegidos por nuestras fuerzas pero más importante, protegidos por Dios.
Llamo a pensar en grande y soñar aún más grande, ya seamos blancos, marrones o negros, todos llevamos la misma sangre roja de patriotas, saludando la misma bandera americana. Juntos haremos que EEUU sea más fuerte otra vez. Excelente discurso cargado de pragmatismo y esperanza. Que así sea para el bien de esa noble nación y del planeta mismo.
En otro orden queremos desearles éxitos y felicitar a nuestro canciller Miguel Vargas y al presidente Danilo Medina por organizar la V Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que se desarrolla en un hotel de Bávaro, en Punta Cana, y así estrechar y promover nuestras relaciones comerciales con los hermanos pueblos latinoamericanos.