Opinión

Dominio putrefacto

Dominio putrefacto

Si malo es saquear el Estado y desde el Estado, negociar y especular con todo (salud, educación, transporte, dinero, alimentos muerte, arte, deporte…) si malo es expoliar desde el gran capital privado…si pésimo es explotar, robar, engañar, sobornar, trampear, estafar reprimir, matar, empobrecer, discriminar, corromperse y corromper, traficar de todo, construir impunidades, depredar el patrimonio natural, destruir, envenenar o apropiarse de fuentes de agua desde el ejercicio de poder…peor es encubrirlo, ocultarlo, negarlo, enmascararlo, falsificar cifras y remplazar lo real por lo virtual como medio de alineación de multitudes.

Si condenable es provocar empobrecimientos, grandes desigualdades, anti-valores, seudo-cultura en medio de un estancamiento o descrecimiento económico…peor es hacerlo en periodos de crecimientos supuestamente espectaculares.
Irritarse e insultar cuando esas cosas son descubiertas y denunciadas por fuentes de aquí o del exterior, es más que ridículo.

Todas esas ausencias de bondades abundan por separado y con mezclas diversas y abigarradas en los cogollos del poder estatal-gubernamental, empresarial, policial y militar y hasta eclesial de este hermoso y pisoteado país. Con nombres y apellidos de sus beneficiarios y patrocinadores.

Por eso estoy convencido de que este es un Estado corrupto y que la gran burguesía dominicana es una lumpen burguesía subordinada al lumpen imperialismo mundial, que ahora tiene en Donald Trump e Hillary Clinton dos exponentes políticos señeros de esa descomposición. La cúpula partidocrática es de igual calaña y funge de socia de todas las vagabunderías.

La contaminación de los que aquí ejercen el poder es material, funcional y además mental, que es lo peor porque los lleva a flotar en burbujas desconectadas de cualquier noción ética y estética, enajenados/as en su propia maldad y ridiculez.

Puede decirse que el mal es universal y yo digo propio de estos tiempos de decadencia de la civilización capitalista, de putrefacción de la misma en grados impresionantes. Pero de todas maneras la clase dominante-gobernante dominicana -ahora con un fuerte tinte morado y algo de colorado, blanco y blanquiazul- es de las más putrefactas del mundo.

Poco ha dicho el Foro Económico Mundial. Porque en materia de corruptela y de todas las maldades, los poderes de aquí ostentan records superiores a los admitidos incluso por organismos moderados apegados a ciertas normas éticas.

La privatización mafiosa de lo público, el Peme, Renove, Sun Land, Tucanos, Plantas Odebrech, Quirino, Agosto, Altas Cortes, JCE, Congreso… son los furúnculos más a la vista. La septicemia sigue oculta.

El Nacional

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