Reflexiones ambientales
Cualquier persona que se preste por omisión o por compra de conciencia a depredar los recursos naturales de una nación, está condenando a sus propios descendientes a una muerte segura cuando de alimentación y salud se trate. La ausencia de corrientes de aguas en condición de limpieza está cada vez más acentuada en las islas, especialmente en la nuestra.
La presencia de contaminantes en la agricultura y por ende en los ríos que circundan los predios está cada vez más marcada, esa sola situación es para alarmar a cualquier ministro que se respete a la hora de confeccionar informes, que todos sabemos la falsedad que soportan. Pero la situación es bien observada cuando seguimos notando los camiones cargados de troncos de árboles cortados a la vista de todos simplemente porque esta tierra es mía.
Cuando la ausencia de agua se haga sentir en mayor proporción que en los momentos actuales entonces sabremos el daño que hemos hecho todos, algunos por ignorancia y otros por amistad, familiaridad y otros por venta de conciencia y cargo. Al final todos pagamos los platos rotos de una fiesta a la cual no fuimos ni someramente invitados.
Estamos en la era del conocimiento y la fuga de cerebros, o mejor dicho compra. Esta situación sumada a una dejadez manifiesta de investigaciones que conlleven a nuevas patentes, nos obliga a reflexionar de forma permanente sobre el futuro ambiental, la conservación y sobre todo la realidad de la investigación en nuestro país. Cuando ya existen aprestos de fusión de naciones en varios puntos del globo.
Reflexionemos que aun estamos en tiempo de salvaguardar los principios Duartianos y los declarados en la primera Constitución de la República.