Cambios geomorfológicos
Los ríos son sistemas naturales enormemente dinámicos y complejos. Su principal función es el transporte de agua, sedimentos, nutrientes y seres vivos, pero además conforman corredores de gran valor ecológico, paisajístico, bioclimático y territorial, que
enlazan montañas y tierras bajas. Por tanto, la red fluvial constituye un elemento clave en la dinámica ambiental y en la planificación territorial. Transportan agua, ese bien extraordinario, y es agua que se ve fluir, que se siente y se escucha, que cambia continuamente, en el tiempo
y en el espacio. Por ello son los ríos protagonistas allá por donde circulan. De ahí su carácter único, singular, inigualable, dominando un hecho significativo a de ese cauce, espacio estrecho y alargado con
Personalidad propia, una franja de territorio muy valiosa y, por tanto, también muy apetecible. Porque ríos y valles cuentan con una enorme capacidad estructurante y
articuladora del territorio, lo cual ha ido siempre en beneficio del ser humano, pero también implica una excesiva presión desde éste. Es una forma de conocer como la adecuación ambiental debe con un equipo multidisciplinarlo. No debe bajo ningún concepto, cuando existan cauces de ríos, cañadas y ocasionales no ser realizada sin tomar en cuenta la vegetación riparia, que anteriormente existía en ese cauce.
Son muchos los investigadores ambientales que no han tomado en cuenta este criterio para realizar sus estudios, e incluso, no investigan factores claves como son la velocidad del viento en el proceso de dispersión de la vegetación invasora, la cual termina haciendo un daño terrible a la vegetación hidrofitica local o propia del cauce, además de un serio daño a la vegetación climática que debe su accionar natural a los rayos solares que han sido alterados por el crecimiento desmedido de sistemas arbóreos, como por ejemplo la acacia mangium. Esto no quiere decir, bajo ningún concepto que estos sistemas no sean necesarios en determinados tipos de regiones bioclimática, pero no en todas.
Estos sistemas naturales en equilibrio dinámico están ajustándose permanentemente, en
el espacio y en el tiempo, a las fluctuaciones de los caudales líquidos y sólidos, lo que se
traduce en movilidad lateral y vertical (Werritty, 1997). Esta movilidad es un mecanismo de
regulación y es también el motor de una dinámica ecológica intensa, garante de la riqueza y
diversidad de estos sistemas naturales ( Malavoi et al., 1998). Diversas actividades humanas
tienen alta capacidad de modificación del funcionamiento hidrológico y de la dinámica fluvial.
El desconocimiento de la dinámica natural de los sistemas fluviales, de los cauces y de las riberas, ha acarreado en las últimas décadas graves consecuencias ambientales.
Como se aprecia en este estudio la confirmación de datos que tienden a confirmar la creencia de que nunca es bueno realizar cambios de sucesión vegetacional por simple apreciación, pero sin un estudio racional de la realidad de la fitosociología, ciencia que amplia difusión mundial en los últimos 20 años.