Al problema de tener un suelo contaminado, hay que añadir el acuciante problema que comienza a surgir en estos tiempos sobre la falta de suelo, con lo que todavía se hace más necesaria la regeneración de estos espacios, con el objetivo de darles un uso futuro seguro y acorde con el entorno de la zona.

No obstante, esta consideración no ha sido siempre así, por lo que actualmente existen todavía muchos de suelos contaminados debido al vertido indiscriminado de residuos que se ha realizado en ellos, en épocas como los años sesenta y setenta, en las que el conocimiento técnico sobre el problema de la gestión de los residuos no era global y cada persona y administración gestionaba sus propios residuos de la forma que podía.

Esa es la situación en la mayor parte de los vertederos nuestros. Sin embargo nos hemos quedado en esos años degradando cada vez más los suelos de esos lugares.

Ejemplos más relevantes son Duquesa, en Santo Domingo Norte y Rafey, en Santiago. Una vez alcanzada la cota de colmatación de un vertedero, (al igual que en las lagunas y pequeños charcos) tras la cual éste ya no es apto para el vertido de ningún tipo de residuo, es conveniente sellar y adecuar el conjunto de instalaciones y elementos que constituyen un vertedero de residuos.

Al llegar a este punto se debe presentar una solución acorde con los tiempos y partir de dos elementos fundamentales; Espacios empleados para el vertido sin las convenientes instalaciones de seguridad: Valla perimetral, recogida y canalización de aguas pluviales, red para la eliminación controlada del biogás, red de recogida de lixiviados, impermeabilización adecuada del vaso de vertido, etc., y en segundo lugar, vertederos diseñados de una forma óptima, con todas las instalaciones necesarias, que tras su clausura necesitan una adecuación del espacio acorde al uso a que se quiera destinar los terrenos.

Para lograr que este proceso funcione se debe partir de elementos fundamentales del lugar; fotografías aéreas de la zona, tanto de la zona anterior al vertido como de la época en que se realizaron los vertidos. Para proceder con visitas a la zona, con el objeto de conocer los terrenos, el entorno, el estado actual de la superficie de los terrenos (aparición de grietas, emisiones de humos y gases, aparición de zonas inundadas de lixiviados, etc.).

Mapas del ICM (Instituto Cartográfico Militar) sobre la zona, con el objeto de caracterizar a priori el tipo de subsuelo de la zona de vertido, la profundidad de los acuíferos subterráneos, la dirección de la escorrentía de estos acuíferos, etc. Para proseguir con informes técnicos sobre la época de vertido. Sería importante obtener datos sobre la forma de vertido, cantidad y tipo de residuos vertidos, posibles zonificaciones de la zona de vertido (zona de RSU, zona de inertes, etc.), la máxima potencia de vertido, detalles sobre el espesor de las capas de residuos y las capas de tierras intermedias si las hubiere y todo tipo de información que el técnico pueda considerar de interés.

En nuestro caso es difícil poseer algunos datos actualizados y esta situación se corregirá con otros datos que puedan suplir la realidad ambiental de la zona a regenerar en ello influirán la vegetación originaria del sitio y otros elementos que contribuyan con la fitorremediación. Cuando los alcaldes interesados se muestren en deseos de ser ayudados pueden referirse a este servidor.