El turismo de sol y playa es buque insígnia que va a seguir liderando la corriente de turistas masivos que persiguen un mejor clima frente a las temperaturas bajo cero que tienen en sus países de origen.
Pero existe un nuevo turismo, amigable y sostenible, que ha puesto sus ofertas sobre la mesa: ecoturismo sostenible, orientado a quienes aman los rinconcitos de la naturaleza, el contacto con la gente sencilla que vive en torno a ellos, para la que existe un listado prácticamente infinito de recovecos paradisíacos, en los cuales ya se han creado condiciones para recibir visitantes nativos o extranjeros.
Las estadísticas que difunde el Consorcio Dominicano de Competitividad Turística indica que solo 13 de cada 100 turistas visita una de las muchas áreas protegidas del país, lo que abre la necesidad para mejorar la calidad y cantidad de turistas que visitan el país.
El CDCT ha identificado más de 250 proyectos de artesanos, asociaciones de guías, excursiones de aventura, hoteles boutique y de naturaleza, hábiles para el disfrute de los turistas que estén buscando este tipo de experiencias.
Para los amantes de la naturaleza el país tiene una amplia oferta: uno de los ecosistemas más diversos en el Caribe, con 31 aves endémicas, ríos que fluyen del Pico Duarte, condiciones excelentes para deportes acuáticos de aventura,y sus costas están pobladas de peces, tortugas, ballenas y arrecifes de coral.
Un sueño real.
