Opinión

Editorial: Sensatez y buen juicio

Editorial: Sensatez y buen juicio

El Ministerio de Interior y Policía liberó a partir de mañana y hasta el 7 de enero las restricciones de horario a bares, discotecas, restaurantes, colmadones y tiendas de licores, lo que significa abrir los portones para la diversión con moderación y no al libertinaje y la violencia.

Son muchos los bares y colmadones que aprovecharán esta dispensa para promover la venta e ingesta de alcohol hasta que amanezca por lo que se requiere que la Policía impida que esos establecimientos violen la ley de control de ruidos, porque los vecinos tienen derecho a dormir y descansar.

Las autoridades han advertido sobre la prohibición de porte de armas de fuego o blancas, así como el ingreso de menores a esos lugares, que deben respetar la restricción de ruidos por encima de los decibeles permitidos, con especial atención en zonas residenciales.

Aunque es poco lo que se hace durante todo el año para hacer cumplir la ley que restringe el consumo y expendio de bebidas alcohólicas durante la madrugada, la liberación de ese edicto durante diciembre incrementa los riesgos de atracos, asaltos y riñas durante el periodo de Navidad, Año Nuevo y Reyes.

El Instituto de Tránsito y Transporte (Intrant) anunció que pondrá en funcionamiento el sistema de retenes y aplicación del alcoholímetro para detener a los conductores que manejen en estado de embriaguez, los que serán sancionados con multas de cinco a diez salarios mínimos.

A lo que se aspira es a que los ciudadanos exhiban en cualquier lugar donde se encuentren altos niveles de conciencia en torno a la necesidad de respetar la ley y mantener un comportamiento asociado a la sensatez y la prudencia, que representa la mejor manera de evitar desgracias propias y ajenas.

Las autoridades están en el deber de prevenir la ocurrencia de accidentes de tránsito, de riñas dentro de establecimientos de expendio de bebidas alcohólicas o en la vía pública, para lo cual se requiere detener a conductores o parroquianos borrachos, violentos o impertinentes.

La meta debe ser reducir al mínimo durante las festividades de Navidad y Año Nuevo el número de muertos y heridos por accidentes de tránsito, por pleitos entre borrachos o por cualquier tipo de violencia, incluida la comisión de atracos, asaltos o robo agravado, para lo cual se requiere que la gente regale y reciba los valiosos dones de buen juicio y sensatez.

El Nacional

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