Con este término se designan actividades de naturaleza muy diversa, pero que tienen relación con los conceptos de inclinación, pasión y aspiración. Se conoce el amor a Dios, a la profesión, a los hijos, a los padres, etc. Pero el amor sobre el que más se ha escrito y hablado es el que se profesan el hombre y la mujer.
El amor es el tema preferido por poetas y compositores artísticos. Todos coinciden en resaltar la belleza del amor. Las caricias son tan necesarias para la vida de los sentimientos como las hojas para los árboles. Sin ellas el amor muere por la raíz, dice Nathaniel.
Sin embargo, poco se estudian las consecuencias del amor en la relación de parejas. El amor es la donación de uno mismo, es el olvido del yo. Y amar sin ser amado es una horrible desgracia, que puede provocar dolor, sufrimiento y muerte. Y el amor más duradero es el no correspondido. Y viene el proceso: Ayer amaba, hoy sufro y mañana muero.
¿Cómo evitarlo? ¿Cómo controlar el corazón? ¿Cómo establecer amor recíproco? Son respuestas que atañen a especialistas en la materia, a cuyos consultorios acuden mujeres regularmente, en busqueda de ayuda profesional. El orgullo y el machismo ancestral en el hombre impiden la confesión y prefieren morír.
La ayuda profesional se recomienda para evitar, entre otras cosas, prácticas erróneas, como aquella de que un clavo saca a otro, cuando lo ideal es esperar que el corazón sane. Tanto el hombre como la mujer se tiran a la calle procurando semejanza física a la compañía anterior. A veces hallan una compañera con mayores defectos conductuales. ¡Qué error tan grande!
De todos modos, no se puede vivir sin amor, pero es aconsejable la reciprocidad amorosa para envejecer en compañía. En ocasiones no es bueno amarse tanto, es preferible comprender más. comprender más y amarse menos, como dice mi amigo Anthonny Ríos.