El Para-Rayos
Mientras en todas las grandes ciudades del mundo la tendencia de las autoridades es peatonizar los espacios públicos (Preciados de Madrid, tullerías parisinas), en Dominicana el gobierno se dedica a todo lo contrario. Hablo de prohibir la celebración del Festival de la calle Hostos, peatonizada para tales fines.
El gobierno debería manejar mejor sus incompetencias en lo que a seguridad ciudadana y respeto a la ciudadanía se refiere.
Una cosa es que en sus manos interiores y policiales se haya desparramado la seguridad ciudadana como un galón de aceite en la cocina de Noemí; que los asaltos se hayan democratizado en persona y lugar, pues no existe un solo metro de los 48 mil que nos tocan de la isla, donde pueda usted a salvo de la delincuencia. Esa es una cosa, y es bastante. Pero otra peor consiste en prohibir la posibilidad de la alegría, el encuentro, el compartir entre amigos sólo para sentir -aunque solo sea las horas que dura el fiestón- que el país no es la selva violenta y desmadrada que es hoy.
Muchos creen que el apoyo de Leonel Fernández a quien representa la negación de su talante democrático, tolerancia y respeto a la disidencia se debe a la demostrada honestidad personal y capacidad de trabajo del funcionario, pero no es así, exactamente. Si bien esas prendas personales del ministro Almeyda sobre todo la primera- pueden cautivar a un mandatario que en temas de corrupción lo ha visto todo, (¡Cuántas decepciones, profesor!) la verdadera respuesta de ese apoyo la encontramos en la página 411 del Manual para Gobernar a RD, escrito sin letras por el Dr. Balaguer, y publicado sin fecha por la Editora CONDOSCO. El texto aconseja a los presidentes colocar en puestos claves a para rayos de su posible impopularidad. Lo hizo Jorge Blanco con Hatuey, recientemente Hipólito con Guido, y ahora lo hace Leonel con Almeyda.
Implacable ante la cultura, el son, la alegría, el ministro hace de Torquemada gubernamental en la calle Hostos, mientras en las Europas su jefe político conceptualiza con brillantez y lucimiento sobre ciudadanía, civilización y respeto a los derechos humanos. Por suerte, Víctor Víctor es de izquierdas, y por como canta, dudo mucho que sea humano.