En una foto cabe todo el horror del mundo
Diez autos blindados y cuatro niñeras para Marc Anthony y la Jennifer López, en Cartagena.
Amy Winehouse aceptó pagar una multa por fumar marihuana.
Y mientras esto ocurría, mientras esto leo, me acaban de subir a la oficina un ejemplar de El Nacional de esta tarde, escribo en martes de Reyes.
Vean, mírenla de nuevo.
Miren esta foto rodando por el mundo, precisamente el día de los Santos Reyes.
Entonces, era verdad, en una foto, en una portada de El Nacional cabe todo el horror del mundo, sobra espanto y falta llanto. «La cabeza del cadáver de una niña palestina sobresale de los escombros del que fue su hogar, en el barrio Zeitum, en la Franja de Gaza, luego de ser destruido por los bombardeos del Ejército de Israel. Se informó que cerca de 30 personas que vivían en el edificio destruido, murieron.»
Por una imagen se pierde una guerra, el honor, la condición humana; por una imagen se esfuma el amor, el diablo saluda al mundo, burlón, y ya no entiende uno por qué a este tiempo le llamamos civilización.
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