POR: Angel Hernández
El docente hoy tiene ante si grandes retos. El primero de ellos es que la sociedad se ha convertido en una gran distribuidora de conocimientos y esto cambia profundamente el rol del docente. Antes él era el que enseñaba, el que sabía todo. Hoy es la sociedad como un todo la que se ocupa de poner el conocimiento a disposición de las nuevas generaciones.
Por ello, los docentes de hoy deben estar formados para el cambio. Formados para aprender continuamente a lo largo de la vida. Para ellos la educación continuada es fundamental. Y esto incluye especialmente estrategias para aprender por sí solos aprovechando los amplios recursos disponibles en la internet.
El cambio de la escuela está sustentado en el avance de las TICS cuyo impacto en el avance educativo es incuestionable.
Estas premisas suponen que el docente de hoy debe ser formado de manera diferente a los viejos esquemas. Lo primero es que las tics deben ser una parte importante en la formación inicial de los mismos. Estas herramientas son fundamentales en la distribución masiva del conocimiento y por ello los docentes deben ser usuarios inteligentes de las mismas y tener la capacidad de incorporarlas a las aulas de manera eficiente para aprovechar la gran disponibilidad de conocimientos disponibles.
Además, el docente de hoy debe ser formado para aprender a aprender. Los conocimientos perimen hoy muy rápido.
Es impensable que un docente pueda valerse de los conocimientos adquiridos en las aulas durante toda su vida útil como docente.
El conocimiento se está duplicando a velocidades geométricas y, por tanto, los conocimientos disponibles por los docentes, son cada vez más viejos. Y eso apela a la capacidad de aprender constantemente para renovar el saber, el capital de trabajo de los docentes.
Aprender a aprender es la clave para que el docente de hoy pueda ser un ente proactivo en la búsqueda de los conocimientos más actualizados disponibles y poner éstos a disposición de las nuevas generaciones. Asimismo, la formación inicial de los docentes debe ser en base a una pedagogía activa que les permita valorizar el trabajo en el aula y en su entorno como la fuente principal de los aprendizajes.
Esto significa que las estrategias de aprendizaje deben permitir vincular al docente que aprende con la investigación, la resolución de problemas y conflictos, estudios de campo, experiencias de laboratorios, simulaciones, etc. En otras palabras, se trata de que el docente sea formado en base a las necesidades de la realidad, pero fundamentado en sus propias experiencias y capacidades para buscar la verdad por sí mismo.
El docente de hoy debe tener la capacidad de aprovechar al máximo el tiempo disponible para el trabajo docente en el aula.
Los estudios que se han hecho recientemente son concluyentes en sostener que los docentes que logran mejores aprendizajes en sus alumnos son aquellos que concentrar la atención de sus alumnos en las tareas propias de la escuela y dedican al menos el 80% del tiempo destinado al desarrollo del currículo a actividades controladas por la escuela.