Opinión

El peligro haitiano

El peligro haitiano

La mayoría de los dominicanos está consciente del peligro que representa para el país, la presencia de más de dos millones de indocumentados de la vecina nación, pues han penetrado a muchas instituciones, tanto públicas como privadas, constituyendo nichos que, en un pestañear de ojos, pueden apoderarse de nuestro territorio, sin mucha resistencia. Los países ejercen su facultad soberana del control migratorio, y tienen reglas claras para lidiar con el problema de los ilegales.

Precisamente el tema puntual de la V cumbre de Jefes de Estados y de gobiernos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que acaba de celebrarse en Punta Cana, fue la migración. En el cónclave hubo gran preocupación por el desplazamiento de ilegales en los países miembros del organismo, y plantearon la necesidad de buscar soluciones para enfrentar el problema a nivel regional, puesto que Europa y Estados Unidos tienen una política definida, y aplican las medidas de rigor.

República Dominica aplica una política de frontera abierta, y el trasiego es constante y continuo por lo que los inmigrantes andan por doquier, violando la ley de Migración. Son haitianos los trabajadores de la construcción, los limpiabotas, los fruteros, los vende coco de agua, los canillitas de periódicos, la mayoría de los empleados de la zona hotelera de la región Este, algunos taxistas, una gran cantidad de mujeres del servicio doméstico, los vendedores de botellas de agua en los semáforos y de tarjetas de recargas telefónicas

El Estado haitiano hace mucho tiempo que colapsó

Vivimos una época de haitianizacion de los empleos informales, no dejando espacios a los criollos. Un analista político, muy conocer del tema haitiano, afirma que el diez por ciento de los militares y policías son descendientes de ilegales, dato que de ser confirmado, constituye un elemento muy serio de la peligrosidad de la invasión pacífica que padecemos. Los numerosos núcleos de indocumentados son los futuros bastiones armados que nos llevan ventajas en un eventual conflicto bélico. La situación es para reflexionar y trazar una línea para sacar a los ilegales del país.

La campaña de descrédito contra la República Dominicana, desarrollada en el exterior, la cual es patrocinada por tres grandes naciones, lo que persigue fundamentalmente es liberarse de la inmigración haitiana, y que nosotros nos echemos esa carga muy pesada, aun sacrificando nuestra soberanía.

Haití no tiene autoridades, pues su Estado hace mucho tiempo que colapsó. Allí no hay seguridad para nadie El tráfico de drogas y de armas puede compararse con mercado de pulgas. Muchos colombianos se mueven como pez en su agua, traficando todas clases de mercancías ilícitas. Es el país más pobre de América, prácticamente sin capa vegetal y una degradación total del suelo, y camina sin rumbo conocido. Evitemos ser la réplica de esa nación, como bien alertó el presidente Danilo Medina.

El Nacional

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