Los precios de los combustibles se han convertido en dolor de cabeza tanto para los dominicanos de a pie como para los poderes Ejecutivo y Legislativo, degenerando en un ejercicio de pánico desmedido que no sólo no tiene respaldo en lo que dice la frialdad de los números, sino que no provee soluciones reales que pudieran atacar el problema.

¿Está cara la gasolina? El precio de esta semana situado en aproximadamente $5.80 dólares el galón pudiera indicar que sí. Sin embargo, el consumo de gasolina en el país no ha sufrido una baja significativa, según los datos de recaudación del ITBIS a los combustibles. Esto parece indicar que en realidad los dominicanos podemos soportar incrementos adicionales sin, aparentemente, demasiadas dificultades. Para nosotros $5.80 dólares por galón es barato.

El precio de la gasolina no ha incidido para que variemos los planes de viajes a playas y pueblos en fines de semana largos, ni considerar compartir vehículos con aquellos vecinos con los que compartamos rutas, o reducir el uso de carros por hogar, y menos considerar cambiar los vehículos de alto consumo por vehículos de mejor rendimiento por galón. La gasolina está muy barata.

Es una actitud diametralmente distinta a la asumida por el mundo desarrollado, que sí redujo en un mes su consumo en cerca de 2.8%, sin plan de ahorro, sin campaña, sin anuncios rimbombantes, ni bombillas de bajo consumo, sólo por pura lógica de los consumidores. Ellos entienden que 4 dólares por galón es muy caro y consumen menos.

Estamos, aparentemente, ante un problema inexistente para República Dominicana. Sin embargo, eso no ha impedido la razonable aclaración dada por el Ministerio de Industria y Comercio respecto del Precio de Paridad de Importación, aclarando que es sobre la cotización internacional de los combustibles y no del petróleo como suele alegarse. Y es razonable porque el país importa más gasolina que petróleo, pero innecesariamente el MIC se ha expuesto a las incongruencias del lenguaje del pasado, la ley y la nueva postura, agrandando más la avalancha mediática negativa. Ahora tendrá que explicar como es que bajando los combustibles en el mercado internacional (NYMEX) en $3.40 dólares el galón, es que los dominicanos lo pagan casi 80% más caro.

Y ni hablar de la reforma a la Ley de Hidrocarburos de los diputados. Hacer mensual la variación en el precio de los combustibles sólo sirve para cuadruplicar el riesgo de exposición, tanto para el Estado como para todos los dominicanos. A la volatilidad de los precios internacionales de los combustibles, nadie gana. Reflejar Petrocaribe en los precios desnaturaliza el acuerdo, que pretendió proteger la balanza de pagos y reducir su exposición a una devaluación del peso, y no subsidiar el precio. Y ni hablar de los impuestos a los hidrocarburos, órgano vital de la maquinaria que paga el sueldo a los legisladores. La reforma propuesta no solo no resuelve nada, sino que tendería a empeorarlo todo.

Yo entiendo que 5.80 dólares es caro. Reduje mi consumo y mi gasto en combustibles está a los niveles de 2004-2005, por debajo a lo que llevaba en el 2008. Consumiendo menos. Usted ¿qué ha hecho por su bolsillo aparte de reclamar al Estado algo que no le puede dar?