ST. PETERSBURG – Edwin Encarnación, el veterano bateador designado de los Indios, es el único jugador en las Ligas Mayores que tiene al menos 30 jonrones en cada una de las últimas siete campañas.
Encarnación ha disparado 261 jonrones que datan de 2012 como líder de las Grandes Ligas. El toletero Nelson Cruz, de Seattle, ocupa el segundo lugar con 251 en ese lapso de siete temporadas.
Con los Indios aferrándose a una ventaja de 1-0 en el sexto, Encarnación aplastó una bola rápida elevada de Tyler Glasnow a lo profundo del jardín izquierdo. La explosión que no dejó dudas salió a una distancia proyectada de 422 pies y tuvo una velocidad de salida de 107.7 mph, según Statcast™.
Antes de la racha actual de Encarnación, el último bateador de la MLB en conectar al menos 30 jonrones en siete años consecutivos había sido el inicialista/bateador designado de los Tigres Miguel Cabrera (2007-13).
“Es algo que nunca esperé”, dijo Encarnación, “tener la temporada que tengo, y siete años seguidos con 30 jonrones o más, es muy impresionante. Estoy muy orgulloso de lo que he estado haciendo”.
Encarnación también está en 96 carreras impulsadas en la temporada, lo que lo ubica a cuatro de alcanzar la marca de cien por sexta vez en los últimos siete años.
“Mientras pueda mantenerse en el campo, que lo ha hecho, llegará a los 30 y remolcará las 100”, dijo el dirigente Indio, Terry Francona. “Con suerte, un montón más. Es importante. Debes tener una cierta cantidad de carreras, y sabes que empujará 100”.
Encarnación también se unió a sus compañeros de equipo José Ramírez (37 jonrones) y Francisco Lindor (34) en el club de 30 jonrones esta temporada. Son el primer trío de compañeros de equipo en alcanzar la marca en la misma temporada desde 2016, cuando los Marineros, los Orioles y los Medias Rojas tuvieron bateadores logrando la hazaña. Marca la quinta vez en la historia de los Indios, y la primera vez desde 1999, que el club ha tenido tres bateadores con 30 o más cuadrangulares.
“Eso es increíble, hombre”, dijo el receptor Indio Yan Gomes. “Inmediatamente después, miré al árbitro y pensé: ‘Hombre, han pasado siete años desde que lo hizo’. Ni siquiera sé cómo se siente, amigo.
