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Encomia papado, Juan Pablo II

Encomia papado,  Juan Pablo II

En un libro de 26 capítulos y 190 páginas prologado por Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, el doctor Víctor Gómez Bergés reitera su reconocida vocación de escritor, ponderando el papado de Juan Pablo II, resaltando su devota pasión por extender la fe católica Urbi et orbi, su innegable valor personal, y su iluminado ejemplo sencillez y perdón.

Juan Pablo II transitó un papado de 26 años y medio, y en esa singladura singular, fue quien más contribuyó a desmantelar el poder de los soviets, la experiencia más sangrienta y frustrante que conoce la historia humana, sufrida por el noble pueblo ruso, con su valiente y valioso apoyo a Lech Walessa en los astilleros de Gdansk, antigua Trieste, de Polonia.

Con solo esa odisea, reconocida a unanimidad por la aldea planetaria, mucho más por los rusos, que en su inmensa mayoría recusaron al totalitarismo, las purgas y gulags del genocidio estaliniano, que liquidó a más de 70 millones de seres humanos, Juan Pablo II reviste una exclusiva referencia bruñida, pletórica de humanismo, y genuina interpretación cristiana.

Fue un soberano aporte que erradicó la barbarie padecida por los rusos, que en sus momentos estelares denunciaron para la posteridad, como la trompeta de Josué derribando los muros de Jericó, Boris Pasternak en Doctor Zhivago, Alexander Soltzenizen an Archipiélago Gulag, Milován Djilas en La Nueva Clase y Tierra sin Justicia, y Ventila Horia en Dios ha nacido en el exilio.

En su doceava obra publicada, consagrándose como el segundo más prolífico escritor en los fastos del Partido Reformista Social Cristiano, superado por el doctor Joaquín Balaguer que publicó 35, Víctor Gómez Bergés reitera su profunda devoción cristiana, relievando el referencial papado de Juan Pablo II, a quien conoció y presentó credenciales como embajador en el Vaticano 1983-1985.

Audiencia pactada a nueve minutos, que el Papa extendió motu proprio 20 minutos más, contraviniendo el diseño del protocolo, considerando la frágil salud del Pontífice, convaleciendo de los disparos hechos por el terrorista turco Ali Agca, a quien perdonó personalmente en la prisión, una de sus joyas humanas y cristianas más bruñidas.

El papado de Juan Pablo II recuerda al autor de esta entrega al de Juan XXIII, el papa predilecto del suscrito, autor de las encíclicas Matter it Magistra y Pacem in Terris, promulgadas en 1961 y 1963, Vox Clamantis in diserto, al raciocinio, el consenso, el entendimiento y la cordura para preservar la paz mundial y la conservación de las especies vivientes, la crisis de los misiles soviéticos en Cuba 1962, álgidos momentos estelares de confrontación entre las dos gigantes potencias surgidas luego de la II Guerra, dantesca confrontación final, que logró superarse, al socaire del equilibrio del terror.

El papa que designó cardenales en Filipinas, Venezuela, Uruguay, Japón y Tanzania, Juan Pablo II, que recorrió la aldea planetaria propalando la filosofía redentora mesiánica del género humano predicada por el Divino Nazareno, inclusive dispensándonos el privilegio de visitarnos tres veces, diversificando la fe como las abejas la polinización, que garantiza la preservación de las especies vegetales.

Juan XXIII, el Papa Buono, acuñó para la posteridad en la curia católica, su innata impronta de sinceridad, jocosidad, valor personal y humildad como auténtico Franciscano, aquende y allende de la feligresía católica, santificado por el papa Francisco conjuntamente con Juan Pablo II el 27 de abril de 2014.

Un gran libro no requiere ampulosidad en su contextura, sino la trascendencia de su mensaje, recordando a Juan Rulfo en El llano en llamas y Pedro Páramo, Ernest Hemiguay en El viejo y el mar y Juan Ramón Jiménez en Platero y yo, los Premios Nobel de Literatura más breves de todos, y guardando distancias, Juan Pablo II papa Inmortal, excelente libro, que recomiendo a feligreses y apostatas, porque exalta los intrínsecos valores humanos del perdón, humildad y amor que fulguraron en el Rabí de Galilea como bases, conductas, ejemplos, referencias altas y trillos de la más alta reputación humana, logrado en un boceto escrito prístino, reseñando sin desperdicio, con la finura y penetración con que nos acostumbra su autor, la figura y el superbo legado cristiano de un gran y singularísimo papa como fue Juan Pablo II.

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