Bruselas, Bélgica.- Desde afuera todo se ve distinto, con una mezcla de melancolía y alegría. Ahora que estoy lejos, cuando pienso en Dominicana Moda pienso en aquellos grandes espectáculos que disfrutaba fuera de las pasarelas: Los encuentros, el compartir, los shows de modas que espontáneamente mostraban los asistentes y porqué no; también los muy bien producidos shows de modas de veteranos y nóveles diseñadores de diversos países.
Ahora que me encuentro en el viejo continente, puedo tener una visión más amplia de eventos Dominicanos como estos.
Recuerdo con orgullo el orden, la puntualidad y la manera impecable en que todo pasaba.
Nada que envidiar a consagrados shows celebrados en París y en otras importantes capitales del mundo.
No soy una gran seguidora de la moda, pero seguí y disfruté este evento con todos los detalles.
Cada año lo esperaba con entusiasmo. Era para mí una gran fuente de información como periodista para nutrirme no solo del mundo de lo fashion, también de muchos otros aspectos del acontecer nacional e internacional.
En Este escenario conocí mucha gente y entrevisté cientos de personalidades de la política, la economía y otras áreas que se dieron cita allí en los primeros años de ese evento que muy bien organizan tres buenos amigos como Mirka Morales, Fidel López y Sócrates Mackiney.
Ahora que veo de nuevo en las páginas de los periódicos quisqueyanos los detalles de la próxima versión de Dominicana Moda me lleno de satisfacción, melancolía y orgullo: Melancolía por no poder estar y satisfacción y orgullo por ver que este evento crece y se fortalece para bien del mundo de la moda, las instituciones que son apoyadas y la imagen en general de Dominicana.
Ya llegará el día que pueda hacer coincidir mi presencia en mi país con esta gran fiesta, mientras tanto, disfruto de las buenas noticias. Cosas de dominicanos cuando están lejos. Siempre presentes de alguna manera.