La huella que marca la obra de Ludwig Van Beethoven (1770-1827), muy probablemente el más grande de los compositores de todos los tiempos, nacido en Bonn, Alemania, en el año de 1770, se dejó sentir anoche en un público que en silencio reverenció tanto su obra como la dirección y ejecución al piano del maestro Philippe Entremontm en un doble rol de director y solista, para dejar finalmente un sentimiento estética de trascendencia y reivindicación del arte beethoniano. Las piezas del programa se iniciaron con la obertura del Ballet Las Criaturas de Prometeo, en la cual el maestro Entremont, sin decir una sola palabra, ofreció una demostración de su capacidad para conducir una orquesta de primera calidad mundial.
Siguió el Concierto No.5 en Mi bemol mayor, para piano y orquesta,Opus 73 (Emperador) con Entremont como solista y director al mismo tiempo.
Fue una experiencia plena. Un ejecutante que se sabe de memoria la compleja pieza y que evidenció desde ese detalle el inmenso respeto por el público, produciendo una experiencia inolvidable. Entremont mostró su respeto por el compositor alemán al ejecutar con intensidad, ternura y fuerza de esta pieza, escrita en reconocimiento al Archiduque Rodolfo de Austria, amigo y mecenas del artista que finalmente quedaría sordo. La entrega de anoche finalizó con la Séptima Sinfonía en La mayor, Opus 92 y sus cuatro movimientos (Polco Sostenuto, Vicace; Allegretto, Presto y Allegro con Brio), una de las más populares y conocidas de creador. Los aplausos de un público que se sintió tanto agradecido como respetado, fueron cerrados y prolongados. El maestro Entremont, al frente de la Orquesta del Festival, agradeció emocionado y en silencio, el reconocimiento del público. se cree que nació en el mes de marzo aunque este dato no se sabe con seguridad. Su abuelo y su padre fueron ministros de la corte del príncipe elector de Colonia. Se educó con Christian Gottlieb Neefe, excelente organista, y en 1782 suplía ya a su maestro como organista de la corte y comenzó a dar lecciones de música para ayudar a su familia. En 1787 el elector le envió a Viena a trabajar con Mozart, pero Beethoven tuvo que regresar a Bonn con urgencia a causa de la enfermedad de su madre, a quien vio morir. En este mismo año empezó a ser protegido por el conde de Walsdtein. En 1789 entró a la universidad y cuando Haydn padó por Bonn, beethoven le mostró algunas de sus composiciones. En 1792 fue a Viena para trabajar con Haydn, cuyas enseñanzas fueron completadas por Albrechtsberger (contrapunto) y Salieri (escritura vocal) y pronto se ganó el aprecio de la aristocracia vienesa como virtuoso del piano y compositor de música de cámara.