El Nacional
El periodista Víctor Grimaldi, embajador ante la Santa Sede, afirmó hoy que nada tuvo que ver con la divulgación a la prensa del discurso entregado por el Papa durante la presentación de sus cartas credenciales, en el que el Pontífice censuró la corrupción en República Dominicana.
Grimaldi hizo la aclaración en un documento enviado a El Nacional vía Internet, a propósito de un comentario que el historiador y ex embajador en Washington Bernardo Vega hace en la edición de este jueves del semanario Clave.
Según Vega, cuando los embajadores presentan credenciales intercambian mensajes. La Cancillería de cada país decide si hacer público o no el mensaje que recibe del otro, según convenga o no hacer público el contenido.
Afirmó que en el caso de Grimaldi, éste, un periodista, entregó el mensaje del Papa (Benedicto XVI) directamente a la prensa y fue a través de ésta que nuestra Cancillería se enteró del contenido, que no convenía al Gobierno que fuese publicado, por sus referencias a la corrupción.
Grimaldi asegura que cuando regresó a la embajada después de presentar credenciales, el 3 de este mes, recibió una llamada desde Santo Domingo informándole del cable en que la agencia Efe daba cuenta de las declaraciones del Papa.
Bernardo Vega vive en la edad de piedra. Pretende ignorar que el Vaticano tiene uno de los sistemas de divulgación de noticias más eficientes y modernos. Además insinúa que he violado normas diplomáticas. Eso es falso. El Vaticano fue quien dio a conocer desde un primer momento el texto completo del discurso del Papa, expresa Grimaldi en el documento, que se publica a continuación:
El día lunes 6 de abril el Gobierno dominicano patrocinó la publicación de una página completa en el Listín con el discurso escrito del Santo Padre Benedicto XVI. Rafael Núñez, el director de Información y Prensa de la Presidencia, aceptó esa sugerencia que le hice por teléfono desde Roma. Rafelito obtuvo el discurso en la página web oficial de la Santa Sede, donde estaba el texto completo desde el mismo momento que concluyó el acto de presentación de credenciales el viernes 3 de abril de 2009.
El discurso escrito -que el Papa no pronuncia ni lee con su voz frente al embajador- elogia los esfuerzos de las autoridades dominicanas encabezadas por el Presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna. Eso yo lo he explicado en Hoy Mismo y en el programa de Héctor Herrera Cabral y Héctor Tineo de los domingos.
Este jueves 23 de abril de 2009 en el periódico semanal Clave, Bernardo Vega lanza la versión de que fuí yo quien originalmente repartió el discurso a los periodistas. Bernardo Vega vive en la edad de piedra. Pretende ignorar que el Vaticano tiene uno de los sistemas de divulgación de noticias más eficientes y modernos. Además, insinúa que he violado normas diplomáticas. Eso es falso. El Vaticano fue que dio a conocer desde un primer momento el texto completo del discurso del Papa.
Cuando yo regresé a la oficina de la Embajada Dominicana tras presentar credenciales el viernes 3 de abril, recibía una llamada desde Santo Domingo dándome a conocer un cable de EFE que informaba sobre un aspecto del discurso del Santo Padre. Esa noticia periodística de la agencia de noticias española fue lo primero que se conoció en el país. Hasta el momento en que recibí la llamada que me informó del cable de EFE, aún yo no había conocido el contenido del discurso debido que el Papa no lo pronuncia, sino que le entrega una copia al embajador en un sobre cerrado.
Además, el acto de presentación de las credenciales es muy especial y de regocijo. El Papa fue muy amable, siempre estuvo sonriente, y con él nos sentamos a conversar durante 25 minutos sobre temas muy importantes favorables al país, al Gobierno dominicano y al Vaticano.
Luego, como indica el protocolo del Vaticano, mi familia saludó al Santo Padre, y después lo mismo hizo el personal de la Embajada. Finalmente nos llevaron a rezar en tres capillas de la Basílica de San Pedro. En todo ese tiempo, hasta regresar a la Embajada con toda una caravana motorizada como se estila protocolarmente hablando, no pude tener tiempo para leer el discurso del Papa, que estaba en un sobre cerrado. Me acompañaba lo que se llama un gentil hombre de la Santa Sede, con quien estuve todo el tiempo conversando en el automóvil.
Así había transcurrido casi una hora y fue después que pude conocer el texto de un discurso muy bueno del Santo Padre Benedicto XVI.