Les gusta febrero y agosto para verter su veneno
Sin considerar que Cada goce o pena presente nos domina.
La razón la desconozco pero, si sé que me gustó cuando leí un viejo adagio, que al referirse a dos malandrines alabándose uno a otro de manera exagerada, expresa que el asno frota al asno. Algo parecido a lo que hacía el emperador Tito Flavio Vespeciano, que conociendo las debilidades de los hombres de poca moralidad, les asignaba posiciones y facilidades muy rentables para después de estos haberse enriquecido, los procesaba y le confiscaba todos sus bienes.
Producto de esta relación simbiótica, algunos de los que viven de truchimanerías, indelicadezas e intrigas, consideran que todo el mundo es igual a ellos y accionan en base a un silogismo que tarde o temprano se les cae al fallar la primera premisa.
Como son perversos, llenos de malicia, carentes de virtudes, desconocedores del honor, es decir, aquella buena reputación que sigue a la virtud, al mérito, consideran que todas las demás personas son iguales a ellos. Y ahí estriba su peor error.
Actúan apandillados, se reúnen para llevar a cabo cualquier tipo de acciones ilícitas, inmorales, repudiables en contra de todo aquel que consideran un obstáculo porque no se presta a sus maquinaciones o cede ante veladas amenazas. Por eso, pretender proseguir con una actitud de escarnio y desprecio al que se oponga a su oscuro e inmoral accionar, es, simplemente bochornoso, ofensivo y sobre todo, criminal y provocativo.
Como acertadamente escribió José Martínez Rojas es enervante y desagradable tener que escuchar argumentos, muchos baladíes, con los cuales se pretende justificar una acción u omisión. Se desbarra y se afirma o deniegan circunstancias o acciones en las cuales se han visto ciudadanos cuya honra, sin razón, justificación o interés, se pone en una especie de foro publico.
Eso no es más que una osadía inmoral y prepotente, el pretender querer ensañarse contra inocentes tratando de mutilar honras, o pretendiendo comprar conciencias o torturando moral y profesionalmente, con el sólo propósito de hacer daño, en base a hechos infundados, que sólo han existido en su mente maquiavélica.
Yo quisiera no ver tantas nubes oscuras arriba, navegar sin hallar tantas manchas pero, como escribió el profesor Puello Herrera, esto es difícil rodeado de tanta gente dañina, aquella que tiene como arma y escudo la intriga; la sagacidad la maneja a la perfección con una esmerada propensión a conceder favores y a esperar que se le reconozca.
Y cuídese usted mi hermano de estos seres, aléjense de hombres con esta naturaleza, pues nadie sabe cuando utilizarán sus largos tentáculos para sabotear cualquier iniciativa que entienda le hará sombra.
Y, aunque a muchos les gusta diciembre, tal como dice una vieja y hermosa canción diciembre me gustó pa´que te vaya,/ que sea tu cruel adiós mi navidad,/ no quiero comenzar el año nuevo/ con este mismo amor/ que me hace tanto mal. A estos falsos endiosados, pecuelas que usan pasha de Cartier en los pies, lo que le gusta es febrero y agosto, para cambiar de piel y renovar su carga de veneno. ¡Si señor!
Cuando un individuo trata de elevarse
sobre sus semejantes, es halado hacia abajo por las masas, por
medio del ridículo o la calumnia.
H. Heine