Confiemos en el regreso de la institucionalidad y el orden.-

Tenemos la primera “pata” de una mutual que debería -de darse-, dejar un buen dividendo, tanto en lo material como en lo moral y ético, mucho más para la real institucionalidad de un Estado que se encuentra en una condición catatónica pero, ¿si los que ganen el pale hacen mal uso de ese premio? ¿Dónde se irían nuestras esperanzas? Me niego a creer en esos arreglos de aposentos o peor aún, en un cobarde borrón y cuenta nueva como ya ha ocurrido pero, menos en esos convenios para una supuesta “gobernabilidad” y que prosiga el crecimiento de los “Solidarios”, un programa creador de esos grupos de vagos, parásitos que a su vez crean otros semejantes a ellos que cual plaga maldita inducen a la sociedad por el camino de lo más fácil.

Cuesta pensar que el clientelismo, en vez de decrecer, se convierta en un gigante que llegado el momento, sería imposible de vencer, aún y apareciese un David. Mejor hago el esfuerzo de no perder la esperanza de la llegada del orden, la institucionalidad y sobre todo, la tranquilidad de poder transitar por las calles sin miedo a todo y que los recursos del pueblo, no sean botín para un grupo de perversos e indelicados.

Para la próxima pata nos han pretendido introducir por boca y nariz, un adefesio, cuyo palmarés –artificiosamente elaborado-, no le permite convencer a la mayoría de aquellos cuyos pensamientos mayores no se circunscriben a todo aquello que le llene la barriga; considero que es un fraude; otro caminante contagiado entre las ruinas y desechos humanos, donde ha sido uno de sus mayores arquitectos. No, el lobo, pese a su disfraz de Caperucita, continúa siendo la misma fiera.

Pero debemos confiar en que la manifestación del despertar de la gente joven, no se convierta en otra manifestación fallida a causa de la peste llamada Partidos Políticos, porque de así ser, solo nos restaría tirar la toalla.

Con todo y eso, nuestro futuro no se ve claro, en el fondo se notan nubarrones sin aparentes visualizaciones de tormentas pero, de que las hay las hay. Este derroche de recursos del Estado, por parte de los Partidos Políticos y de la propia Junta Central Electoral, la cual no muestra el menor recato para el gasto indolente, es simplemente de brinco y espanto.

Es tal el derroche, que los primeros hasta se asignan un descarado “regalo” por cada voto que reciben en las urnas y nadie dice nada, -bueno- quizás ahora se comience hablar sobre el tema de los políticos y el estrambótico costo que significa para el pueblo sin que se le consulte sobre si apoya o no todos estos privilegios irritantes que se asignan estos políticos.

Llevan este pueblo a una velocidad tal hacia el precipicio del caos, que si los frenos normales no les ponen un alto a este proceder, habrá que usar la emergencia y hasta tablas de púas para detenerlos pero, de que hay que detenerlos no hay duda alguna. Y me parece que nada mejor este cambio en el mando, descascarar la herida de toda costra y poner metiolathe aún y pique, pero que se acabe la monarquía y la tiranía que han creado un grupo de monaguillos con ínfulas de Cardenales.

La manera o forma no importa ante esta situación, la justicia hay que arrancarla de manos de estos farsantes y colocarle un venda que nunca jamás político alguno se la pueda quitar.
Atención Presidente Electo, cual que sea; prometa triplicar el vergonzoso e inmoral programa de la Solidaridad; lo que usted quiera pero, hasta que se siente en la silla de alfileres y una vez ahí, quítese la careta de político clientelista y póngase la de estadista; tome las riendas y señale el camino contrario al que hemos llevado hasta ahora presentando una economía a base de préstamos, la gran mayoría de dudosa obtención y peor finalidad pero, por igual, envíe a la justicia a todo aquel que ha sido señalado y cuyas pruebas no son difíciles de obtener aunque desde ahora a traten de destruirlas u ocultarlas. Sí, a todos aquellos que hasta ahora se han burlado y abusado de este p