Le conocí en la década del 90, cuando coincidimos en un proyecto político. Su temperamento afable y su don de gente, fueron construyendo una corriente de afecto, e hicimos una amistad que perdura.
Fernando Holguín Ovalle, conocido como el Rubio Blondi, a contrapelo de su voluntad, es hoy el centro de una polémica en la que han intervenido, directores de medios, editoriales y personalidades del mundillo social y político nuestro.
El presidente de la Liga de Béisbol Dominicano, doctor Leonardo Matos Berrido, con ínfulas de mago, extrajo de su sombrero una resolución, mediante la cual expulsa de por vida a Holguín, narrador de los Gigantes de San Francisco, bajo la acusación de haberse excedido durante la transmisión de uno de los últimos juegos de la recién finalizada temporada de béisbol.
Haber dicho, primero, que el pitcher del Escogido, de apellido Figueroa, le había llegado su agosto, en un momento dado; y segundo, que a ciertos jugadores de los Gigantes, por estar en juego lesionados, les cabía la frase vergüenza contra dinero, fue suficiente, para que la imaginación de Matos Berrido, dijera inclusive, que con esas expresiones el narrador estaba estimulando el consumo de drogas.
Al conocer los argumentos esgrimidos por Matos Berrido, lo único que se puede exclamar es, ¡Dios mío, perdónalo!
Es la primera vez, que un narrador deportivo es castigado por ser creativo, por tener la capacidad de saber engalanar su trabajo, y enriquecer el béisbol, utilizando expresiones de otras actividades lícitas, que nada tienen que ver con los vicios ni con el bajo mundo.
En el aspecto legal, las sanciones carecen de asidero jurídico, y peor aún, son violatorias de la Constitución de la República y de la Ley 6132 sobre Libre Expresión y Difusión del Pensamiento.
El doctor Leonardo Matos Berrido debe admitir su error y oír las sabias opiniones de gente tan importante como el doctor Rafael Molina Ureña, Bienvenido Álvarez Vega, y el vespertino El Nacional, que se han pronunciando con relación a este asunto.
Y solamente en el caso de que el presidente de la Liga de Béisbol persista en su error, debe, agotados todos los recursos de la persuasión, recurrir a las vías de derecho, para pedir la anulación de tan abusiva decisión.
Fernando Holguín Ovalle (Rubio Blondi), desde ya es un ganador.