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Fidel colocó deporte cubano en la élite

Fidel colocó deporte cubano en la élite

la nacion.com.ar. Fidel Castro, el líder de la revolución cubana fallecido el viernes por la noche a los 90 años, le dio al deporte un papel protagónico durante su casi medio siglo de mandato. Amante del béisbol, el boxeo, el fútbol y el baloncesto, Castro hizo lucir al deporte cubano de una manera especial en toda Latinoamérica.

El gobernante cubano Raúl Castro anunció en la televisión estatal el fallecimiento de su hermano. Repudiado por unos y venerado por otros, el ex-mandatario de la isla será recordado como una de las figuras políticas que más divisiones generó en las Américas.

Deportista desde siempre, Castro probó suerte en varias disciplinas. En su juventud fue delantero del colegio Belén, en La Habana, y aunque no era precisamente un dotado con la pelota, su rudeza, altura y fortaleza le ayudaban a marcar goles.
“Fidel era un futbolista de calidad regular. Pero era corpulento, musculoso, un jugador muy fuerte y, sobre todo, muy bravo. Ocasionalmente jugaba.

No era un jugador titular en el equipo, pero le gustaba el fútbol”, dijo al diario El País Armando Montes de Oca Arce, quien fuera compañero de Fidel en ese equipo.

Castro hizo crecer el talento en el béisbol y en el boxeo, principalmente. De hecho, uno de los momentos memorables del deporte cubano se vivió en los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992, cuando la selección de béisbol de Cuba derrotó a Estados Unidos y se colgó la medalla de oro.

Décadas después, ese mismo deporte uniría a las dos naciones con un emotivo juego entre Tampa Bay y la Selección Cubana, el 22 de marzo de 2016. Castro no asistió al juego por problemas de salud, pero su hermano Raúl y Barack Obamaenmarcaron un momento histórico. “EEUU y Cuba comparten muchas pasiones y valores comunes”, dijo Obama antes del enfrentamiento entre las novenas.

En un partido de béisbol cargado con ribetes simbólicos y que contó con la presencia de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, los Rays de Tampa Bay derrotaron el martes 4-1 a la selección cubana dentro de la primera visita de un equipo profesional de Estados Unidos a la isla comunista desde 1999.

James Loney disparó un jonrón y produjo tres carreras, mientras que Matt Moore y los lanzadores de Tampa Bay maniataron a los cubanos hasta que Rudy Reyes conectó un jonrón en el noveno inning.

Pero el juego no será recordado por el resultado, sino por los dos mandatarios sentados en la primera fila del Estadio Latinoamericano. La concurrencia rugió cuando Obama y Castro ingresaron al estadio para luego dirigirse a sus asientos detrás del plato. “¡Raul! ¡Raúl!”, coreó la gente.

Mientras los dos países tratan de atenuar más de 50 años de enemistad por la Guerra Fría, la imagen de Obama y Castro sentados juntos fue notable. Obama lució una camisa blanca con lentes de sol.

Castro fue más formal, vestido con un blazer.
Se guardó un minuto de silencio en tributo a las víctimas de los atentados terroristas en Bruselas.

Obama hizo la señal de quieto cuando Kevin Kiermaier se deslizó en el plato para anotar la primera carrera, y luego le estrechó la mano a Castro. Los gobernantes tomaron parte cuando los espectadores hicieron «la ola» al inicio.

Rara vez tanta pompa y circunstancia rodeó un mero partido de exhibición. Derek Jeter y Dave Winfield, dos jugadores con placas en el Salón de la Fama del deporte, y el hoy comisionado de las Grandes Ligas, Rob Manfred, se encontraban entre los presentes.

Antes del primer lanzamiento, los jugadores de los Rays caminaron desde su caseta para saludar a la primera dama Michelle Obama y a su hija Sasha.

UN APUNTE

Escuela mundial
El boxeo también tuvo un rol protagónico durante el mandato de Castro. Se hicieron escuelas y se creó un estilo único, reconocido en el mundo. El boxeo cubano, con su sistema de golpes con números nones y pares, fue indescifrable en un principio e imitado hasta la fecha.

 

Fidel decretó hacer deporte obligatorio

Un decreto firmado en 1961 hizo que el deporte fuera obligatorio en los colegios y así lo convirtió en una de las banderas de la revolución. Su iniciativa permitió desarrollar talentos que convirtieron a la isla en constante protagonista de las competencias internacionales. Desde 1954, Cuba suma 77 medallas de oro en Juegos Olímpicos, 65 de plata y 71 de bronce.
El deporte ayudó al mundo a conocer el talento del atleta cubano. Sin embargo, en la Isla quedan en el anonimato leyendas que el planeta no conocerá.
Entre sus atletas que más admiraba estaba el astro argentino Diego Maradona, con quien mantenía una gran relación de amistad. Diegolleva tatuada una imagen de Fidel en su pierna izquierda.

El Nacional

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