PARIS, (AFP) – Coco Chanel, heroína de la película de Jan Kounen, «Coco Chanel e Igor Stravinsky», que el domingo clausurará el Festival de Cannes, fue la protagonista de un destino excepcional: de huérfana pobre a una de las más grandes modistas del siglo XX, que 40 años después de su muerte sigue provocando fascinación.
En las librerías hay al menos una decena de biografías y hace poco se le dedicó una película para televisión. Audrey Tautou interpretó a esta mítica mujer en «Coco avant Chanel» (Coco antes que Chanel), la película de Anne Fontaine adaptada del libro de Edmonde Charles-Roux «L’irrégulière» (La irregular). El domingo, será el turno de Anna Mouglalis en la película de Jan Kounen, «Coco Chanel e Igor Stravinsky».
La vida de Coco Chanel fue una novela, a menudo trágica, que la protagonista jamás dejó de reescribir para borrar sus páginas más oscuras.
La que revolucionó la moda con ropa flexible, sin adornos, inspirada muchas veces en el vestuario masculino, nació el 19 de agosto de 1883 en Saumur (oeste).
Cuando su madre murió tenía 12 años y cuatro hermanos, a los que su padre abandona. En un orfanato, Gabrielle esperó en vano su regreso.
Empleada en una casa de confección, la joven soñaba con cantar. En un «café concert» conoció a un rico heredero, Etienne Balsan, de su mano descubrió otro mundo. Su «protector» la mantuvo hasta que conoció a Boy Chapel, un empresario inglés, el gran amor de su vida, que le ayudó a abrir su primer local. Coco se lanzó entonces con éxito a la fabricación de sombreros. Le siguió la costura con la apertura del número 31 de la rue Cambon en 1919 y poco después lanzaría el primer perfume, el N° 5.
Coco Chanel desentona y seduce por su libertad y sus costumbres, su estilo depurado, calificado con sorna por su rival Pail Poiret como un «lujo sin valor». «La elegancia del vestuario, es la libertad para moverse», le responderá ella. La brutal muerte de Boy Capel, en diciembre de 1919, la abate sentimentalmente y la hace adicta al trabajo, más que nunca. Su amistad con Misia Sert, anfitriona del ambiente parisino artístico y cultural abre a Coco Chanel nuevas puertas. Crea ropa para Jean Cocteau, se relaciona con Pablo Picasso, Serge Diaghilev, Serge Lifar, Salvador Dalí, Paul Morand, Stravinsky…
Coco construye poco a poco un imperio; Coco la mujer busca un amor. Tuvo una relación con el Gran Duque Dimitri de Rusia y luego con el poeta Pierre Reverdy. En los años 30, su nuevo amante, el Duque de Westminster le presentó a Winston Churchill. Creyó encontrar la felicidad con el dibujante y decorador Paul Iribe, que murió brutalmente en 1935.
Cuando la guerra estalló, Chanel cerró su casa de costura. Tuvo una relación con un oficial alemán de los servicios secretos, Hans Günther von Dincklage. Se la implica también en un intento de negociación de paz separada entre Gran Bretaña y Alemania. Tras la guerra decide exiliarse a Suiza hasta 1953. Logró imponerse con la chaqueta de tweed, los zapatos bicolores y una cartera con una cadena dorada, símbolo del nuevo clasicismo. Murió el 10 de enero de 1971.