Niedergang, dirigiéndose a Caamaño, le dijo: Coronel, los norteamericanos invadieron su país para impedir que Juan Bosch fuera presidente. Ellos tienen el control militar, económico y político de la República Dominicana y no aceptarán ni permitirán, bajo ninguna circunstancia, que gane elecciones y asuma la presidencia. Cuando salimos del almuerzo, Francis me preguntó que cuál era mi opinión acerca del tema tratado, cuando le respondí dije: dame la tuya para ver qué entendiste, y Caamaño me respondió: el político profesional eres tú, que sabes más de lo que la gente se imagina.
Francis, le dije, estos hombres de la categoría de Niedergang en países como Francia, Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos, por lo regular son confidentes de los servicios de seguridad con importante jerarquía o pertenecen a grupos políticos y económicos de mucho poder, que juegan un papel de primera categoría en la vida de esas naciones. De acuerdo a lo que Niedergang te dijo estoy completamente convencido de que fue un recado que te hicieron llegar para que sepas que tu ausencia de la República Dominicana será por largo tiempo. El Coronel y yo en los dos días siguientes que permaneció en Francia conversamos con mucha seriedad temas políticos relacionados con su vida en Europa y su futuro inmediato y cuando le dije que mi estadía en Europa era muy larga y que me había nacido una hija que no conocía, situación que apresuraba mi regreso al país. El triunfo de Balaguer les garantizaba a los yanquis un periodo de tranquilidad apreciable, porque habían llevado a Balaguer a la República Dominicana para colocarlo en la Presidencia de la República como había ordenado el presidente Johnson.
Tengo entendido que Caamaño y Juan Bosch coordinaron una visita breve del Coronel a Cuba y el regreso a Inglaterra y/o a Europa, vía Vietnam o Argelia, países que había visitado, sobre todo el primero, para estudiar el método de lucha de ese heroico pueblo contra la política imperialista de los Estados Unidos. Ese proyecto, discutido por Juan Bosch y Caamaño, era prudente y conveniente porque también era una forma de acercar a Caamaño al verdadero campo revolucionario y antiimperialista; pero parece que después de Caamaño estar en Cuba cambió radicalmente de posición y decidió quedarse allí y preparar un proyecto revolucionario que debía iniciarse con un desembarco de guerrilleros bajo su jefatura en la República Dominicana.
Don Juan regresó a Santo Domingo en 1970, cuando hacía dos años que Francis se había instalado en Cuba; para entonces un numeroso grupo de profesionales, la mayoría antiguos fundadores y militantes del 14 de Junio, habíamos ingresado al PRD en labor de proselitismo realizado por el doctor José Francisco Peña Gómez, con la autorización expresa de Juan Bosch, que apreciaba sinceramente y con admiración la valentía, la decisión y la calidad humana de los catorcistas, muchos de los cuales murieron en la insurrección de 1963, encabezada por Manolo Tavárez Justo y otro número apreciable de ellos había muerto en diferentes combates que se libraron a partir de abril de 1965.
Poco tiempo después de haber regresado don Juan y asumir la jefatura del PRD, por recomendación de Milagros Ortiz Bosch y Hugo Tolentino Dipp, fui escogido como asistente personal por el profesor Bosch y pasé a ser encargado de la Oficina de Prensa del PRD. No recuerdo bien si fue en julio o en los primeros días de agosto de 1971 que don Juan me ordenó que localizara a Joselín Rodríguez Conde, militante desde su adolescencia en el PRD e importante dirigente de la JRD. Joselín como miembro del Comité Olímpico Dominicano iría a Cuba a los Juegos Panamericanos que iban a celebrarse en el hermano país; en nuestra presencia Juan Bosch le dijo a Joselín: tú vas para Cuba, tan pronto llegues allí vas a decirle al responsable político de la delegación dominicana que los acompañará a ustedes como funcionario de seguridad del gobierno cubano, que tú quieres ver al coronel Caamaño para darle un recado de Juan Bosch; los cubanos te dirán que Caamaño no está en Cuba y que ellos no saben por qué esa petición. Tú le repetirás las veces que sea necesario las mismas palabras que ellos te darán respuesta y cuando te la den si no puedes hablar con Caamaño, le dices que yo le mando a decir que salga de Cuba inmediatamente trasladándose primero a Vietnam y saliendo públicamente por Argelia, para que regrese a su país por el aeropuerto de Santo Domingo para integrarse a las luchas políticas como héroe nacional.