De los Andes al Himalaya

Bolivia (Sudamérica) y el Reino de Bután (Asia) están distanciados por 18.000 kilómetros y -aparentemente- nada los une. Pero, cuando constatamos que la cordillera de los Andes cubre gran parte de la geografía boliviana y que el casi desconocido Reino de Bután (Asia) está enclavado al borde del Himalaya, concluimos que tienen un común denominador: La altura.

Debido a sus características geográficas, en ambos países juegan al fútbol a más de 3.000 metros de altura por lo que en esta entrega de Fútbol Solo Fútbol, deducimos que las *alturas * han producido un lazo de hermandad futbolística entre estos lejanos países.
Este preámbulo antecede a nuestros comentarios sobre la realización de partidos de fútbol oficiales, tanto de equipos como de selecciones nacionales, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Sabemos que la presión atmosférica disminuye a medida que subimos de altitud. Todos los que no han nacido o crecido en las alturas y tienen que competir a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, ven reducida su capacidad aeróbica, experimentan dolores de cabeza, cefalea, agotamiento prematuro, fallas en la coordinación motora y reacciones lentas. Es decir que sus capacidades competitivas se alteran y disminuyen.

Como en la altura el oxígeno escasea, los balones no doblan, sino que siguen su trayectoria y viajan a mayor velocidad dicen los futbolistas que han jugado en esas condiciones.
Estas realidades y con la finalidad de proteger la integridad física de los futbolistas, en el año 2007, la FIFA prohibió que se disputaran partidos oficiales a más de 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Como era de esperar, tanto las autoridades del fútbol andino como sus poblaciones, reaccionaron indignados y reclamaron su legítimo derecho a jugar en sus hábitats naturales.

El ex presidente boliviano, Evo Morales –fanático del futbol -fue uno de los principales abanderados de los reclamos y, para demostrar que es posible jugar fútbol en las alturas, conformo un equipo con los integrantes de su gabinete y ex futbolistas, organizo y jugó un partido en las alturas del Nevado de Sajama (Bolivia) a unos 6.542 metros de altura.

Las imágenes del inédito partido recorrieron el mundo, impactaron la opinión pública y provocaron que la FIFA flexibilizara su medida, habilitando los estadios de Bogotá (2.600 mts), Quito (Ecuador) 2.850 mts y Cuzco (Perú) 3.350 mts. Posteriormente, hizo lo propio con La Paz (Bolivia) 3.604 metros sobre el nivel del mar.

La diversidad topográfica de cada país tiene que ser respetada, por lo que entendemos que las competencias oficiales del fútbol deben seguir disputándose en las alturas y, que los futbolistas del exótico Reino de Bután, tienen derecho de seguir practicando fútbol a más de 3.280 metros de altura sobre el nivel del mar.

Recordándoles que los caminos de la montaña – como los de la vida – no se recorren con las piernas, sino con el corazón, agradecemos su lectura a estas consideraciones de Fútbol Solo Fútbol.

Por. Jorge Rolando Bauger
jbauger@hotmail.com