Como un bolero…
Flotando en nubes de armonía, de alegría y notas musicales, se celebró El bolero en la cultura caribeña,y su proyección universal, en el III Congreso Internacional Música, Identidad y Cultura en el Caribe. Un momento histórico para la música del Caribe, para la música del mundo.
Reclamando el reconocimiento del caribe mexicano, Carlos Monsiváis, maestro de la oratoria, ofreció la conferencia magistral El bolero, las estaciones del lenguaje amoroso. Un discurso ameno, repleto de humor sarcástico y justicia social.
Las voces a dúo de Omara Portuondo y Olga Guillot marca un cambio para América Latina. Voces cubanas dedicadas a interpretar las penas y alegrías, el bolero. Por décadas distanciadas por políticas imperialistas, que nada sabe de sal, de miel, de sol y trío. En la ciudad de los 30 caballeros, Santiago, fuimos testigos de la historia al deleitarnos mientras las cantantes coincidían en un abrazo, y en ellas se abraza toda América Latina. Después de escucharlas cantar Si las cosas que uno quiere se pudieran alcanzar, tú me quisieras lo mismo que veinte años atrás, y Cantemos lo que es la vida misma, lo que es la dicha nuestra, nuestra verdad: ¡Amigas!, no necesitamos ir al cielo. La gloria somos todos y todas.
Una voz inmutable al tiempo, José Feliciano, interpretó Tú me haces falta del dominicano Armando Cabrera y otros de sus viejos éxitos. Utilizando el escenario del Gran Teatro Regional del Cibao, Feliciano, denuncia su impedimento de cantar en Cuba, según refiere, debido a las letras de la canción, Que será, las que se ajustan a cualquier país latinoamericano. Pocas horas después, uno de los mejores musicólogos de América, el vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, maestro José Loyola Fernández, se hizo responsable de que el pueblo cubano pueda disfrutar de la voz y guitarra de Feliciano.
Mediante la magia del video, el emblemático compositor César Portillo de la Luz recordó que la música tiene que darle un servicio a la sociedad. Es necesario que defendamos nuestra cultura, por lo tanto nuestra música, fue el mensaje enviado en una grabación, ya que razones de salud, propias de su avanzada edad, le impidieron estar presente. Sin embargo, su espíritu y su corazón deambulaban por los pasillos y salones del Centro León. En una danza íntima tarareábamos Mas allá de tus labios, el sol y las estrellas, contigo en la distancia, amada mía, estoy.
Los testimonios de Danny Rivera y Rhina Ramírez no tuvieron desperdicios, al igual que el de José Padilla Sánchez, quien detonó una bomba cuando narró la trascendencia de la obra musical de su abuelo, José Pepe Sánchez, precursor de la trova y compositor del primer bolero cubano que registra la historia de la música. Para cerrar con broche de oro el, la tertulia de los artistas Olga Guillot, Omara Portuondo y José Feliciano, fue un regalo para la historia, una despedida maravillosa. Gracias, Centro León. ¡Enhorabuena!