Opinión

Ginecologia actualizada

Ginecologia actualizada

Los problemas de salud están más presentes en las personas menos felices y  menos presentes en la población más feliz. 

Sentirse acompañado protege nuestra felicidad ante los problemas de salud, demostró el  estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto Coca-Cola de la Felicidad. El trabajo, dirigido por el profesor Carmelo Vázquez concluye que, ante un problema de salud, las personas más felices se sienten más saludables que los menos felices.

El papel de la familia y de las amistades muestra especial importancia, ya que el apoyo social protege la felicidad ante la desgracia, con un efecto amortiguador del impacto de los eventos desgraciados. Además, las personas optimistas, con ‘resiliencia’ (capacidad de sobreponerse a la adversidad) y capacidad de dar sentido a la vida no ven reducida su felicidad ante la desgracia.

La lactancia materna aumenta el vínculo entre el bebé y la madre, sirve de cimiento para generar autoestima en la criatura y un sentimiento de ser amado por la vida, que le servirá para resistir los momentos difíciles.

Las personas felices se sienten significativamente más satisfechas con su propia vida tras sufrir una desgracia que las personas que no han sufrido desgracia.

La investigación demuestra que, de manera general, las personas que están más satisfechas con su vida son las que perciben que su estado de salud es mejor, incluso los problemas psicológicos mostraron mayor impacto en el bienestar que los orgánicos.  Por cada persona del grupo más feliz que tiene depresión, nueve personas del grupo de los menos felices presentan este problema de salud.

En general, se cumplía la relación ‘más afectado-menos satisfecho’ y ‘más importancia dada-menos satisfecho’.  Las personas menos felices parecen dar una importancia excesiva a un problema de salud que no ha afectado demasiado.

El informe constata la importancia de la salud mental como componente tanto o más importante que la salud física en la percepción de la propia salud.  Y, lo que es más relevante: ante un problema de  salud, las personas más felices se sienten más saludables que las menos felices. Además, entre los encuestados que padecen un problema de salud, los más satisfechos con su vida se sienten más saludables que los menos satisfechos. 

Pensar que la vida tiene sentido, encontrar un sentido a las desgracias que nos pasan y aprender de ellas, hace que sufrir este tipo de eventos no sólo no se convierte en una causa de disminución de felicidad, sino en una oportunidad para su aumento y crecimiento personal.

Los invito a “defender la alegría”  es medicina preventiva.

El Nacional

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