Opinión

Gobierno de Hipólito

Gobierno de Hipólito

         La gran diferencia entre el gobierno de Hipólito Mejía y los de Leonel Fernández radica en que en el  primero había circulante monetario,  dinámica económica y transparencia de los fondos públicos, mientras el segundo ha llevado crisis a todos los sectores de la vida nacional, la corrupción es rampante, educación, salud y energía colapsan y la criminalidad y el narcotráfico crecen cada día.

          Durante el período de gobierno de Mejía (2000-2004) los sectores productivos exhibieron desarrollo, se construyeron obras en toda la geografía nacional y hubo una oferta de alimentos baratos, a través del Inespre, la energía eléctrica, la gasolina y el gas propano se expendían a bajos precios.

          En ese gobierno se implementaron políticas efectivas de combate al desempleo y a la pobreza, cuyas tasas disminuyeron, al tiempo que se tomaron medidas que hicieron mejorar la calidad de los sectores educación, salud y energía.

          En la administración del presidente Mejía se prohibió, mediante decreto, la duplicidad de cargos en una misma persona, la nómina pública fue reducida e imperó la austeridad en todos los organismos estatales, tanto en los centralizados como en los descentralizados.

          Hipólito Mejía administró reducidos presupuestos y era opuesto a los empréstitos externos injustificados. Durante cuatro años, la deuda exterior creció muy poco y siempre fue manejable, diferente a la situación que observamos en la actualidad, donde el país ha sido hipotecado, con la agravante de que se desconoce el destino de esos recursos económicos.

          Los dominicanos recordamos con nostalgia los años del 2000  al 2004, por los bajos niveles delincuenciales y la sensación de que había un presidente que velaba por la seguridad de la ciudadanía. Sólo bastó llegar la peste morada en el 2004 para que nuestras calles se vuelvan un infierno.

          Pero mayo se acerca  -¡gracias a Dios!-  y se le presenta la gran oportunidad al pueblo dominicano de recobrar la tranquilidad, la dinámica comercial perdida, el poder adquisitivo en los productos de la canasta familiar, empleo para los jóvenes y pulcritud en los fondos estatales, para que Hipólito y Luis hagan las transformaciones socioeconómicas que demanda la mayoría.

El Nacional

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