Opinión

Golpe de efecto

Golpe de efecto

El procurador general de la República levantó muchas expectativas cuando solicitó reabrir el expediente contra el senador Félix Bautista, que había sido archivado a solicitud del actual director del Departamento contra la Corrupción Administrativa (DPCA).

Pero esas expectativas se diluyeron en menos tiempo del que dura una cucaracha en un gallinero cuando prominentes juristas, algunos vinculados a la oposición, determinaron que no procedía la solicitud de reabrir el caso formulada por  Francisco Domínguez Brito a la Suprema Corte de Justicia.

 Si bien la estrella de Domínguez Brito todavía mantenía cierto brillo, todo el esplendor se apagó cuando, apenas unas semanas después, desestimó la querella contra el expresidente Leonel Fernández, Víctor Díaz Rúa y el propio Bautista por violaciones constitucionales y de varias leyes con relación al déficit por más de 187 mil millones de pesos. Como la querella, incoada por el presidente de la Alianza País y ex fiscal del Distrito Nacional, Guillermo Moreno, no formaba parte del guión, o de la comedia para engatusar a la opinión pública, la decisión de rechazarla lo dejó sin argumentos, pero no como para terminar con el sainete que ya se había evidenciado. No sólo vuelve con los fuegos de artificio contra el senador por San Juan de la Maguana, consciente de que la acción carece de fundamento para prosperar, sino que saca otro expediente, que también había sido desestimado, sobre irregularidades en que habría incurrido el también senador Amable Aristy Castro cuando dirigía la Liga Municipal Dominicana (LMD). Porque de lo que se trata no es de perseguir la corrupción, un flagelo que es el verdadero causante del colosal atraso de este país, sino de dar golpes de efecto para impresionar a la opinión pública.

De haber una real determinación Domínguez Brito no sólo hubiera ponderado con más criterio jurídico la querella contra el expresidente Fernández y compartes, sino que hace tiempo hubiera solicitado la destitución del director del DPCA, Hotoniel Bonilla. Si toda la alharaca contra Bautista es una farsa, toda vez que la querella fue archivada a solicitud de la propia Procuraduría, lo del senador Aristy Castro le pone la tapa al pomo. Su coartada entonces es que si ambos casos se caen no será por falta de voluntad para perseguir la corrupción, sino por las debilidades del sistema judicial. Se puede apostar que ese será el argumento para el procurador general de la República curarse en salud sobre lo que a todas luces se veía venir. Porque también aparecerá quien se prestará al juego, de manera consciente o inconsciente. Y como la población está que a todo le dice que sí y nada le importa, lo que se haga o deje de hacerse contra la corrupción ni le va ni le viene. salvo unos pocos.

El Nacional

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