Opinión

Gran bochorno

Gran bochorno

Llora ante la presencia de Dios la revelación que ha hecho la ministra de Salud, Altagracia Guzmán Marcelino, de que el 88% de las 158 mujeres en estado de gestación que murieron el año pasado en hospitales públicos y clínicas privadas fueron asociadas a negligencia o inobservancia atribuidas al personal de salud.

A esas terribles estadísticas se debe la vigencia desde hoy de un reglamento que establece sanciones a los médicos que incurran en incompetencia o negación de servicios que deriven en muertes maternas o infantiles, o causen daños permanentes a la madre o al bebé.

Duele mucho saber que más de cien parturientas murieran en 2017 por causas evitables atribuidas a deficiente calidad en los servicios médicos a nivel público y privado, especialmente desatención e imprudencia.

En el citado reglamento se consigna que los galenos que incurran en negligencia, incompetencia o negación de servicios serán sancionados con penas que van desde la amonestación escrita hasta la cancelación del exequátur, así como su destitución.

La mayoría de esas defunciones maternas se concentraron en el Gran Santo Domingo, regiones Este, Cibao y Norte, motivadas por trastornos hipertensivos del embarazo, lo que se relaciona con la falta o baja calidad de la atención médica, conforme a la auditoría de las fallecidas levantada por las autoridades de Salud.

Contrario a otras naciones donde los servicios de salud se alinean con políticas y sistemas que privilegian la calidad o eficiencia, en República Dominicana se revela que más de cien mujeres parturientas murieron en 2017 por causa que pudieron evitarse, o peor aún, por razones asociadas a la incompetencia y negligencia
El Colegio Médico y la Asociación de Clínicas Privadas deberían al menos reflexionar en torno a tan tenebrosas estadísticas sobre incremento de la mortandad materno infantil atribuido a negligencia e incompetencia médica, lo que constituye un motivo de bochorno ético y profesional.

Las autoridades de Salud están compelidas a aplicar en hospitales y clínicas modalidades de ejercici, tipo de protocolo, de desempeño del personal médico y paramédico que ayuden a elevar la calidad de los servicios y a evitar que por falta de sensibilidad, solidaridad y responsabilidad se mueran tantas mujeres y niños.

El Nacional

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