Es tiempo de que el presidente de la República se proponga transformar la República Dominicana. De impulsar los cambios estructurales y macroeconómicos que nos permitan dar un salto cuántico. Lo demás debe ser delegado.
Es tiempo de una verdadera transformación de nuestra Constitución, no como el cambio anterior, que básicamente era para excluir El nunca jamás, y el presidente de entonces poder volver a presentarse en el futuro. Y otras indelicadezas como remover no sumisos de la Suprema y más.
Es tiempo de una verdadera transformación de nuestra Constitución. Para impulsar la descentralización del Estado dominicano.
Es tiempo de que para erradicar la corrupción en la justicia y la impunidad, se dé creación a la figura del jurado, para que la población participe en el sistema judicial, donde los jurados califiquen los hechos y los jueces impongan las penas, según los códigos.
Descentralizar los ministerios, convirtiéndolos en provinciales. De descentralizar la Policía Nacional, convirtiéndola en municipal, bajo la autoridad de cada alcalde. De fortalecer el Poder Municipal.
De descentralizar el Presupuesto Nacional, dividiendo las partidas de inversión y de gasto corriente 50-50 entre el gobierno central y los gobiernos provinciales.
Es tiempo de que los habitantes de cada provincia elijan su propio gobernador.
Es tiempo de declarar una moratoria al pago de la deuda externa aunque sea por tres anos. Que sin corrupción, con los que nos ahorraríamos, podríamos impulsar la industrialización del sector agropecuario dominicano.
La creación de una flota mercante, para hacer nuestros productos de exportación más competitivos y proponernos conquistar todos los mercados de la cuenca del Caribe. Y crear una flota pesquera nacional industrial.
Financiar la instalación de puntos de expendio de gas natural en cada provincia del país, para proponernos erradicar la gasolina a la mayor brevedad y reducir la importación de derivados del petróleo.