Parece haberse quedado atrás la cruenta guerra que escenificaron las grandes empresas automovilísticas después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. La conflagración de hoy es otra. En el mundo de las comunicaciones las estadísticas dan cuenta de que las actuales generaciones son testigos de primera fila de la contienda comercial y tecnológica de las principales empresas fabricantes de teléfonos celulares. Y menos no podría ser, pues estas compañías no subestiman las multimillonarias ganancias de estos productos de voz y data, ya que las ventas se sitúan en alrededor de seis mil millones de estos dispositivos en todo el mundo.
En los próximos días, la surcoreana Samsung pondrá en el mercado su Galaxy S4, todo esto después del match judicial que tuvo con la norteamericana Apple, que también lanzará al mercado su Iphone 6. Sin embargo, este pulseo del negocio de los dispositivos telefónicos hace sentir que el celular de la gente envejece de forma vertiginosa debido a las renovaciones tecnológicas a la que está sometido el mundo de la telefonía móvil.
Del procesador dual-core, se pasó al quad-core. El sistema operativo Android es reformulado regularmente, y las cámaras fotográficas que traen insertas estos aparatos han llegado a un desarrollo tal que algunas ya cuentan con una precisión miles de veces mayor que el ojo humano. Los apps producidos para el sistema android superan los miles, los cuales satisfacen las más diferentes necesidades, gustos y pasatiempos de las personas.
Empero, la lucha sin cuartel por el dominio del mercado de estas compañías telefónicas ha llevado a las personas a la obsesión y la dependencia de estos aparatos, superando la tarea de comunicarnos, y permitiendo que cualquiera con su simple exhibición le reporte estatus y diferenciación de los demás. ¡Ironías de la tecnología!