Editorial

Histórica decisión

Histórica decisión

La Organización de Estados Americanos (OEA) rechazó ayer la pretensión de su secretario general, Luis Almagro, de activar la Carta Democrática Interamericana para intervenir en la crisis política que afecta a Venezuela, decisión que enaltece a los 34 países que aprobaron en cambio un texto que insta a respetar la soberanía de esa nación.

Almagro invocó ese documento, aprobado por la OEA en 2001, que permitiría sancionar al Gobierno del presidente Nicolas Maduro por supuestamente afectar gravemente el orden institucional, al no aceptar el pedido de referéndum revocatorio que reclama la oposición.

La posición intervencionista del secretario de la OEA fue rechazada de manera unánime por los países miembros que respaldaron la iniciativa de mediación liderada por los exmandatarios de España, José Luis Zapatero; de República Dominicana, Leonel Fernández y de Panamá, Martín Torrijos.

América Latina ha sido lacerada por nuevas modalidades de intervencionismo, que incluye la ejecución de golpes de Estado a través de procesos judiciales o institucionales manejados a control remoto, por lo que la resolución de la OEA, de respetar la soberanía Venezolana, se define como histórica.

El secretario de la OEA incurrió en un exceso al reclamar, sin contar con el mandato o consenso del Consejo Permanente de esa organización, que el Gobierno de Maduro acepte el referéndum revocatorio exigido por la oposición, porque esa es una decisión que corresponde a las instancias legales de Venezuela.

Lo que han rechazado todos los países miembros de la OEA ha sido la continuación del intervencionismo y la manipulación política que se tramita a través de instancias supranacionales ilegítimas que pretenden imponer fórmulas contrarias al principio de autodeterminación de los pueblos.

Puede decirse que esa valiente decisión convierte a República Dominicana en la capital del diálogo y de la democracia, porque la iniciativa de los exmandatarios Zapatero, Fernández y Torrijos cuenta con el aval de Gobierno y oposición de Venezuela y con la aprobación unánime de la OEA.

Don Luis Almagro debería entender que la OEA no es ni debe ser un ministerio de colonias, que él no representa a ningún Estado y que su posición de secretario general no le concede autoridad para lacerar la soberanía de los países, ni aun con la invocación de la Carta Democrática.

El Nacional

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