Opinión

Homenaje a lo absurdo

Homenaje a lo absurdo

Un respaldo del Partido de la Liberación Dominicana a la repostulación de  José Enrique Sued sería un homenaje a lo absurdo.

Nada tiene que ver con la  gratitud,  que algunos reclaman al PLD por su primer arribo al poder con el  endoso de Joaquín Balaguer, que éste ofertó de manera incondicional, pero que ciertos discípulos han facturado bastante caro, como fue precisamente el caso del señor Sued, uno de los principales beneficiarios del botín de la Liga Municipal que el gobierno peledeísta hubo de arrebatar a fuego y sangre, al Partido Revolucionario Dominicano, para ponerlo en manos de sus aliados reformistas, los cuales después de tener en su poder la presea se aliaron con el gobierno del PRD.

Desde la plataforma de la Liga Municipal, el señor Sued marchó tras la sindicatura de Santiago y se ha entronizado en ella durante doce años, cambiando de aliados como quien cambia de traje, y manejando conforme a sus caprichos más de doce mil millones de pesos, mientras el primer Santiago de América languidece en el caos.

En las últimas elecciones, mientras el PLD y sus aliados, entre ellos varios sectores del espectro reformista, se trazaron la meta de vencer en primera vuelta, el señor Sued, trabajaba para  evitar ese triunfo, y por esa motivación acepta la candidatura vicepresidencial de su partido, porque estaba  determinado que la única posibilidad de una segunda ronda residía en un levantamiento de las preferencias reformistas.

Él entendió que con la popularidad que tenía en Santiago y los recursos del cabildo podía hacerle un hueco al PLD en una plaza que en un momento  se proyectó crítica para el presidente Fernández, pero la historia concluyó con una derrota humillante para el señor Sued, que ha dado pruebas sobradas de que es ingrato y desleal, por lo que ha terminado cosechando el distanciamiento de todos aquellos que en algún momento le han apoyado, pero además no honra los acuerdos, como lo demuestra su comportamiento con el PRD, de quien tomó los votos determinantes para su último triunfo en la sindicatura, pero  logrado el objetivo se esmeró en el maltrato.

Ahora, mientras insiste en forzar  a la máxima dirección del PLD para que humille a los peledeístas de Santiago imponiéndoles un candidato que no quieren, trató de que los perredeístas se prestaran a ser burlados de nuevo, pero fracasó.

Además de que la permanencia de  Sued en la sindicatura sería condenar a Santiago por seis años más a presenciar impotente la dilapidación de sus recursos y reinado del nepotismo, mientras se agravan sus problemas, desde el punto de vista político, para el PLD sería uno de sus peores desaciertos.

A cambio de ese apoyo, el PLD ni tendría la garantía de la ejecución de un plan de desarrollo municipal que aligere las cargas del Gobierno, ni tendría garantizada  participación en el ayuntamiento, ni podría contar con apoyo futuro de ese aliado que estaría fortaleciendo. Lo único que se pueden esperar de él es que tome los recursos que habrá de manejar para trabajar en contra de los que les regalarían una posición que no merece.

El disgusto que representaría una imposición tan grosera podría resultar oneroso para el PLD.

El Nacional

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