SANTIAGO. El arzobispado de aquí considera que el desenfreno, la imprudencia y la insensatez de una parte de la población dominicana, hace peligrar que se continúe con el control de la covid-19.

De igual forma señala que, para muchos dominicanos, ya pasó el peligro que representa esa enfermedad en el territorio nacional y que solo esto explica lo que se está viendo a diario.

La posición al respecto de la Iglesia católica en esta ciudad aparecerá en la edición del próximo domingo del semanario Camino, su medio escrito, a través del editorial titulado “Falta sensatez y prudencia”.

Como muestra de la imprudencia que dice es responsable un segmento de la sociedad, Camino cita que el uso correcto de la mascarilla disminuye cada día, mientras que otros la llevan en la barbilla como una prenda de lujo y el distanciamiento físico ya no existe.

Así mismo, las aglomeraciones en playas, lugares de recreo y centros comerciales ya es la cotidianidad.
“Pero donde el grado de locura y falta de respeto a las normas de prevención llegó a su máxima expresión, fue en el malecón de Santo Domingo, en donde una multitud celebraba como si se tratara del triunfo del Licey o las Águilas Cibaeñas en una serie final”, enfatiza.

El semanario Camino dice que de esa manera no podemos continuar, porque la imagen que se proyecta ante el mundo no es la adecuada y se pregunta hasta dóde llegará el desenfreno de una parte de la sociedad dominicana que está al borde del abismo de la imprudencia a la insensatez.

Recomienda a las autoridades sanitarias tomar todas las medidas de lugar antes de que sea demasiado tarde “evitando así que volvamos a los días más traumáticos del covid-19”.

“Si hay que volver al confinamiento, que lo hagan, porque la vida está por encima de lo económico”, enfatiza Camino a través de su editorial.

También sugiere al Ministerio de Salud Pública que amplíe el número de pruebas PCR porque, cuando se hacen pocas, como sucedió el martes 26 de abril, que solo hicieron 1,201 pruebas, dio como resultado 78 contagios y 3 defunciones y que el mensaje que percibe la población es que la pandemia está llegando a su final, echando a un lado el protocolo.

“Estemos claros, no hay espacio para el descuido. Manejemos esta situación con seriedad y transparencia”, concluye planteando Camino.