Opinión

Infoseguridad

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Ante la problemática de la profilaxis, depuración, expulsión de manzanas podridas o cualquier otra manera como se llame al proceso de limpieza del personal militar y policial, debe ser un asunto permanente y sostenido.

Toda profilaxis, debe comenzar previo al ingreso, no cuando ya el único remedio es la cancelación o el retiro forzoso.

El más grande desafío para garantizar el éxito en la lucha contra la corrupción dentro de las Fuerzas Armadas y la Policía, es la profilaxis antes del ingreso y un sistema eficiente de asuntos internos que salvaguarde la ética y moral institucional, dando seguimiento al comportamiento de cada miembro, con estricto diseño de las reglas y criterios para el reclutamiento y selección de personal.

Estudios en torno al tema de la corrupción militar y policial han determinado que ésta va estrechamente ligada con los niveles de cobertura de la seguridad social del personal y las oportunidades de desarrollo integral e institucional. Asimismo las asignaciones presupuestarias deben ser equitativas y transparentes.

Actualmente, el nivel salarial de un policía está determinado por el rango que ostenta, aunque la diferencia remunerativa entre rangos generalmente es mínima. Por otra parte, la estructura escalafonaria y de designaciones no tiene criterios claros y se ve mermada por la falta de disponibilidad de plazas. Además quienes determinan las asignaciones de los especialismos o sobre sueldos lo hacen a discreción y sin equidad. En conclusión no hay reglas claras y no están definidos los perfiles para ocupar los puestos, lo que impide hacer carrera por especialidad.

Por supuesto que en la selección de recursos humanos, que es el recurso más importante de toda organización, se impone una oferta laboral atractiva que permita seleccionar los mejores candidatos. Por el contrario si hay poco que ofrecer no se podrá exigir un perfil óptimo a los candidatos, lo que dará lugar a conformarse con lo que aparezca.

Sobresale el caso del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos, (Federal Bureau of Investigation, FBI) considerada la policía de mayor prestigio en el mundo, se fundó a través de una campaña apoyada por el gobierno para que jóvenes egresados de las mejores universidades de ese país se entrenaran y formaran parte del organismo. Lo cual fue posible debido a la dote de aura de honor  y patriotismo que prestigiaba a sus miembros y al mismo tiempo se produjeron planes de incentivos salariales que llevó a lo mejor de la juventud estadounidense a integrarse a los federales.

Este planteamiento es recomendable para llevarlo a cabo a través de concursos que sirvan de estímulo a los jóvenes egresados y estudiantes universitarios a ingresar a las filas policiales como forma de renovar e integrar recursos humanos especializados en pos de mejorar y eficientizar la función policial, para de esta manera facilitar hacer carrera profesional, fortaleciendo la institucionalidad.

La educación es la vía para convertir al ciudadano común de cada localidad en un policía comunitario que se deba a su vecindad, que trabaje con ella, por ella y para ella; es también a través de la educación que debemos construir las fuerzas de seguridad comprometidas con la democracia y la persona como centro de todo.

El Nacional

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