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Reflexión sobre los funcionarios públicos II

 

En nuestro país los servidores públicos tienen grandes deficiencias en el cumplimiento de las normas, al igual que el resto de la población, lo que hace débil la institucionalidad en el Estado y la función pública. Y consecuentemente facilita la corrupción, la impunidad y el desorden. Esta realidad nos convierte en una sociedad anómica y por ende un Estado anómico.

El concepto de anomia es vivir sin normas, definitivamente nos cae “como anillo al dedo” pues vivimos en conducta desviada que nos excluye de todo derecho, de los avances y procesos de desarrollo organizacional de nuestras instituciones. Para lograr un Estado fuente se necesitan instituciones fuertes con funcionario probos.

Más que eliminar la pobreza material, la sociedad dominicana debe abocarse a eliminar la pobreza de conocimientos y de pensamientos cívicos. Cabe decir: en la justa medida que se cumplan los deberes y derechos habrá más garantías de un estado de derecho pleno.

Preámbulo de la nueva Constitución dominicana: “Nosotros, representantes del pueblo dominicano, libre y democráticamente elegidos, reunidos en Asamblea Nacional Revisora; invocando el nombre de Dios; guiados por el ideario de nuestros Padres de la Patria Juan Pablo Duarte, Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez y de los próceres de la Restauración de establecer una República libre, independiente, soberana y democrática; inspirados en los ejemplos de luchas y sacrificios de nuestros héroes y heroínas inmortales; estimulados por el trabajo abnegado de nuestros hombres y mujeres; regidos por los valores supremos y los principios fundamentales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad, el imperio de la ley, la justicia, la solidaridad, la convivencia fraterna, el bienestar social, el equilibrio ecológico, el progreso y la paz, factores esenciales para la cohesión social; declaramos nuestra voluntad de promover la unidad de la nación dominicana, por lo que en ejercicio de nuestra libre determinación adoptamos y proclamamos la siguiente”.

Muy interesante esta doctrina de introducción al texto constitucional dominicano, pero tristemente es burlada y ultrajada cada día por la mayoría de nuestros funcionarios. Por el contrario la práctica de nuestro ejecutada se centra en búscame lo mío y coger lo de todos, sin rendir el mínimo resultado que le obliga la ley a cumplir.

Yo no creo en la ignorancia ni la incapacidad, solo hay diferencia de capacidades, diferencia de conocimientos, diferencias de talentos o habilidades, diferencia, de actitudes y aptitudes, todo en la vida es cuestión de disposición y voluntad, son muchos los ejemplos que así lo demuestran. Dominicanos pongan voluntad firme para cambiar nuestra sociedad. Despierta pueblo.

Es preocupante la situación dominicana y nos obliga a pasar balance para reflexionar en lo que nos toca a cada quien de responsabilidad. El reto para nuestros funcionarios y ciudadanos en general es crear conciencia y promover la educación en los segmentos de la sociedad que están dormidos y desconocen el verdadero valor.

John F. Kenedy, decía que la “misión de un dirigente era educar a su pueblo, no coincidir, necesariamente, con los errores del pueblo.” Desgraciadamente la mayoría de la población está desorientada por la labor de la prensa y los falsos voceros de la mass media.

 

El Nacional

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