Como en los peores tiempos de irracionalidad e intolerancia, fracasó ayer el diálogo entre Ministerio de Educación y Asociación Dominicana de Profesores (ADP) que procuraba una solución al impasse surgido por reclamo de aumento salarial para los maestros, atascado ahora por una diferencia de 500 pesos.
Aunque las autoridades educativas afirman que todos los maestros ganarían 15 mil pesos mensuales por tanda de cuatro horas, el gremio magisterial tilda esa propuesta de engañosa y mentirosa.
Tal parece que ADP y Educación hablan lenguajes diferentes o es demasiado el ruido que impiden que se valoren con claridad las ofertas salariales presentadas, lo que hace sospechar que las partes están de acuerdo, pero creen un deber seguir la pelea.
En efecto, Educación propone un aumento al sueldo base del maestro hasta once mil 200 pesos, pero la ADP reclama que se extienda hasta RD$11,700, baso el argumento de que la oferta oficial solo beneficiaría a unos cinco mil docentes.
La pena de discordia parece ser el mecanismo que se aplicaría para garantizar que los maestros de escuelas públicas perciban un salario mínimo o base de 15 mil pesos por tanda, por lo que la crisis salarial se reduce a una cuestión de cálculo o a una diferencia de 500 pesos. Al menos eso es lo que se ha podido traducir del extraño idioma usado en la fracasada jornada dialogante.
El presidente de la ADP, Eduardo Hidalgo, incurre en un grave error al advertir que no descarta convocar una nueva paralización de docencia, porque esa penosa eventualidad hundiría al gremio y a sus dirigentes en el más hondo hoyo del descrédito, porque millones de alumnos no deberían pagar por la irracionalidad e intolerancia de los mayores.
Sin importar los resultados de este aparente diálogo de sordos, debería quedar bien claro que los 45 mil millones de pesos adicionales como resultado de la aplicación del 4% a la educación, no forman parte de ningún botín de filibusteros, sino la expresión de una voluntad política para relanzar a la maltrecha escuela básica.
Por enésima vez se reclama que Ministerio de Educación y Asociación de Profesores actúen con responsabilidad y arriben a un acuerdo sobre aumento salarial que además de justo, garantice el compromiso magisterial de cumplir cabalmente con sus obligaciones de promover calidad de la enseñanza, evitar la deserción y repitencia escolar y olvidarse por siempre de los paros y huelgas.