Las náuseas creadas
Trujillo no era un chivito jarto e jobo, del mismo modo que la Angelita, no era ni es tan ángel ni tan ita. Y hay mucha tela histórica que la sindican autora o copartícipe de abusos y crímenes de lesa Patria.
Ahora el libro de la primera diva de la Era del oprobio viene a desentumecernos el patriotismo (agradecimiento adjunto), otrora henchido de exclusiones y desmemorias.
No muy bien leído y aún poco conocido en el país, lo que ha adelantado la prensa de Trujillo, mi Padre en mis memorias: Angelita, sin duda alguna nos ofrece una idea clarísima de su intencionalidad política y su pecaminosa y nada inocente maleabilidad histórica.
Mas esto no debe sorprendernos. Se trata de una hechura bibliográfica provenida de la patética objetividad de uno de los más favorecidos actores del drama dominicano, por demás co-sanguíneo directo del tirano (su niña bonita), y émulo conciente de sus imborrables atrocidades.
Pero deja mucho que desear que una universidad criolla (Unicaribe) se preste como auspiciante de un compendio de infundios, iniquidades, ensañamientos y malquerencias, sin soporte documental ni reparo ético, simulado como significativo aporte a nuestra insufrible carpeta historiográfica.
Los que me conocen saben que creo y practico la libertad de expresión. Que defiendo sin horario ni pretextos el intento de liberación de los demonios interiores de los hombres, a través de cualquier medio, representación simbólica, manifestación artística o incursión literaria, pero por vocación, formación y por principios, disto de congeniar con albaceas de dictaduras (ya materiales, políticos, culturales o espirituales), o con rémoras de cualquier régimen o sistema de pretensión o forja coercitiva, que simule o resguarde su verdadera misión ulterior; la de conculcar derechos, justificar abusos o mitificar despropósitos.
De modo que aplaudo desde este islario a prueba de penas y dinosaurios, la protesta escenificada en el hotel Santo Domingo, en contra del acto de puesta en simulación (¿circulación?) de unas memorias interesadas (estresantes y maledicientes), que por extemporáneas y ajenas a la verdad de los hechos, crean náuseas y propensión al vómito recurrente.