ROMA (AP) — La investigación sobre el violento choque frontal de dos trenes de pasajeros en el sur de Italia, en el que fallecieron casi dos docenas de personas, se centra en el anticuado sistema telefónico de alertas empleado para avisar al jefe de estación de los trenes que circulan por la vía única.
Equipos de rescatistas emplean una grúa de grandes dimensiones y perros de búsqueda durante sus operaciones, que continuaron durante la noche y madrigada del miércoles, para retirar los restos de los dos convoyes que impactaron poco antes del mediodía del martes en un campo de olivos entre las localidades de Andria y Corato, en la región de Puglia.
Tras visitar la zona del siniestro, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, dijo que se trataba de una tragedia “absurda” y prometió una investigación a fondo. El ministro de Transporte comparecerá ante el Parlamento más tarde el miércoles. Líderes sindicales y policía ferroviaria achacaron el accidente a un error humano, destacando que la parte de la vía donde se produjo no tenía un sistema de aleta automático que se activaría si dos trenes estuvieran cerca.
En su lugar, medios reportaron que el sistema de alertas depende de que el jefe de estación llame a otro para avisar de la salida de un tren. “Seguramente uno de los dos trenes no debería haber estado ahí”, dijo el comandante de la policía ferroviaria, Giancarlo Conticchio.
“Y seguramente hubo un error. Necesitamos determinar la causa del error”. Personal de Cruz Roja Italia acompañaron a los familiares de las víctimas a la morgue en Bari, la capital de la región, para ayudar en la identificación de los cuerpos. El forense Franco Introna dijo a la agencia de noticias ANSA que en el depósito había 22 cuerpos y se espera la llegada de otro más tarde desde Andria. Pasajeros describieron como, en el momento del impacto, fueron arrastrados hacia adelante de forma violenta y luego intentaron liberarse del amasijo de metal, restos humanos y escombros bajo el abrasador sol del mediodía.
“No sé qué ocurrió, todo sucedió muy rápido, no sé”, dijo una mujer, embarazada de ocho meses, a The Associated Press. “Vi a mi madre en el piso, a mi padre y a mi Hermana sangrando, no sé, no sé, no sé nada”. Una pareja mayor contó su experiencia a la televisora local Telesveva. El hombre, con la cabeza cubierta de gasas, dijo que quedó tendido sobre el suelo mientras que su esposa, todavía descalza, describió cómo se encontró con restos humanos al intentar ponerse a salvo. “Lo saqué de debajo de los escombros, yo sola descalza, de debajo de los escombros y metal”, explicó la mujer, que no fue identificada, a la cadena. “Fui hacia mi esposo gritando. Tiré de él por las piernas y los pies. Pasé por encima de restos humanos, muy triste. No pude hacer nada”.
El alcalde de Corato, Massimo Mazzilli, dijo que los restos quedaron esparcidos por el campo. “Fue un desastre como si cayera un avión”, explicó Mazzilli en su página de Facebook, donde publicó fotos del siniestro. El papa Francisco envió un telegrama al arzobispo de Bari, monseñor Fracnesco Cacucci, diciendo que compartía el dolor de tantas familias y que reza por los fallecidos y por la rápida recuperación de los heridos. Los trenes eran operados por la empresa privada Ferrotramviaria, que conecta Bari con las ciudades al norte y el aeropuerto.
La página web de Ferrotramviaria indica que tiene 21 trenes eléctricos, la mayoría con cuatro vagones cada uno. La línea atiende en su mayoría a estudiantes y viajeros. En una entrevista telefónica con la televisión estatal, el director general de Ferrotramviaria, Massimo Nitti, dijo que se investiga qué fue lo que salió mal, pero que estaba claro que “uno de los trenes no debía estar allí”, al mismo tiempo que el otro.