HEFEI, China, 7 Ago 2012 (AFP) – La esposa del exdirigente chino Bo Xilai, acusada del homicidio de un británico, comparecerá el jueves ante la justicia, en un sonado proceso que busca poner fin a uno de los mayores escándalos políticos de la última década en el país comunista.

Se espera que la audiencia judicial sea muy rápida porque el poder de Pekín quiere terminar cuanto antes con este caso que pone al descubierto las profundas divisiones en la cúpula comunista, a pocas semanas de una transición política crucial prevista en octubre.

Gu Kailai, abogada internacional de prestigio y escritora reconocida, está acusada del homicidio del hombre de negocios Neil Heywood. Igual que su marido Bo Xilai, Gu tenía muy buenas relaciones con el británico antes de que se truncaran por desacuerdos financieros.

La víctima habría muerto envenenada por cianuro en la habitación del Hotel de la Suerte de Chongqing, una megalópolis china que era el feudo de Bo Xilai.

Según los analistas Gu Kailai, que comparece ante la justicia en la ciudad de Hefei (en el este del país), será reconocida culpable de asesinato, aunque en principio no será condenada a muerte.

Pero su futuro y el de su marido dependerán del resultado de la lucha política que se está librando en la cima del poder ejecutivo, según los expertos, a pocas semanas del XVIII congreso del partido comunista en el que una nueva generación de dirigentes llegará al poder para los próximos diez años.

Según la agencia oficial China Nueva, la acusación tiene pruebas «irrefutables» contra Gu, lo que podría significar que esta mujer de 50 años ya ha confesado.

El ministerio británico de Relaciones Exteriores indicó el sábado que varios de sus diplomáticos asistirían al juicio, algo extraordinario teniendo en cuenta que las autoridades chinas rechazan la presencia de representantes extranjeros en los tribunales.

Según los expertos, el hecho que se organice un juicio significa que la dirección comunista se puso de acuerdo sobre cómo tratar el caso de Bo Xilai.

«Aparentemente se llegó a algún tipo de acuerdo sobre el caso Bo Xilai durante las negociaciones para decidir la composición de la (futura) dirección» política del país, explica Joseph Cheng, un sinólogo de la Universidad de Hong Kong.

Según este experto, eso significa que si hubiera clemencia con el clan Bo quedaría compensada por la pérdida de influencia de sus allegados en el próximo organigrama de la dirección suprema del partido,

El ambicioso y brillante Bo Xilai, una figura política ascendente que parecía que llegaría muy alto, cayó en desgracia por su implicación en casos de corrupción.

La dura campaña de este neomaoísta contra la mafia en la ciudad-provincia de Chongqing y su gusto por los cantos revolucionarios de los tiempos de Mao le crearon muchos enemigos.

Su caída fue provocada por Wang Lijun, un «superpolicía» incorruptible y conocido por no tener miramientos que era el brazo derecho de Bo en Chongqing.

En febrero, Wang Lijun, apartado de su cargo oficalmente por «agotamiento» intentó refugiarse en un consulado general de Estados Unidos del suroeste de China, donde explicó todo lo que sabía sobre la pareja Bo.

Desde entonces ni él, ni Bo Xilai ni Gu Kailai han vuelto a aparecer en público y se desconoce el lugar donde están detenidos.