POR: Narciso Isa Conde
narsoisaconde@gmail.com

Las calles escogidas para el inicio de la remodelación de la Ciudad Colonial fueron la calle Meriño, entre Padre Billini y José Gabriel García; la Isabel la Católica, entre Padre Billini y Portes; y la Portes, entre Meriño y la Isabel la Católica. El plazo inicial informado para concluir esas cuatro esquinas fue de un mes y 20 días y ya vamos por 8 meses.

Concluyeron las obras soterradas, las aceras y se avanzó en las vías transitables adoquinadas, todavía con problemas.
No se ha sustituido el horrible cableado aéreo ni los mugrientos postes de luz, alegando problema de financiamiento de la EDE-Este. Se habla de resolverlo en la segunda mitad del 2014 y cuidado.

En esto días me recibí copia de una carta firmada por Raquel Casares, vecina de la Porte y traigo aquí este párrafo:
Originalmente mi casa tenía unos 15 cm de diferencia con la calle, los cuales se volaron a la ligera y sin autorización. Hasta un niño de 10 años dominicano puede adivinar las consecuencias de tremenda falta de profesionalidad: cuando llueve el agua entra en las casas…

Igual es la situación en otros tramos reconstruidos, solo que quizás en las calles de dirección Norte-Sur la pendiente más pronunciada hacia el Malecón contrarreste un poco ese riesgo, lo que habrá de comprobarse en las temporadas de lluvias.
Otros graves problemas están ya evidenciados.

Las vías parecen peatonales, pero no lo son; lo que confunde a transeúntes y vecinos/as, sobre todo a niños/as y ancianos/as.
Esto se agrava porque el diseño se presta a que los Delivery y demás motoristas, acompañados del mal proceder de algunos dueños y clientes -carentes de la formación necesaria para preservar y respetar la zona remodelada- se las pasan cruzando por calles y aceras a velocidades meteóricas, se parquean o montan mesas y sillas que obstruyen las calzadas planas.
Ese diseño de factura española -extraño a la idiosincrasia criolla y a la realidad nacional- se presta a la obstrucción de calles y esquinas por vehículos que cargan y descargan, y a constante violaciones de la delimitación entre el paso vehicular y las aceras, usadas para cualquier cosa (demarcada con frágiles pilotillos, constantemente derribados).

En todos los alrededores reina el caos y la delincuencia. Y eso que todos los establecimientos comerciales próximos a las remodelaciones están semi-paralizados, y no pocos al borde de la quiebra por las irresponsables tardanzas de los constructores, no justamente compensadas.

Urge movilizarse.