VIRGINIA, EEUU, 8 Oct 2012 (AFP) – Como en casi todos los lugares de Estados Unidos, la economía es uno de los temas más importantes para los votantes en Virginia, pero para ellos el aborto también es un tema candente, que incluso podría inclinar la balanza en la jornada electoral.
Dada su tradicional oscilación entre demócratas y republicanos, ganar en este estado del sur de Estados Unidos es una prioridad tanto para el presidente Barack Obama como para su rival en la carrera por la Casa Blanca, Mitt Romney.
El candente tema del aborto es también un punto de inflexión en el debate electoral, después de que la legislatura estatal, controlada por los republicanos, hiciera obligatorio a principios de este año que las mujeres que quieren abortar deben someterse primero a un examen de ultrasonido.
Virginia pertenece al grupo de una docena de estados llamados «cambiantes», cuyos votos en el colegio electoral determinan el resultado electoral.
Por ejemplo, en 2004 triunfó el republicano George W. Bush, quien obtuvo la reelección. En 2008 el elegido fue Obama, antes de dar a los republicanos la mayoría de los escaños en el Congreso, así como el control de la legislatura estatal.
Perder en Virginia podría ser un gran golpe para Romney, que ha visitado cerca de 11 veces este estado desde el inicio de su campaña, frente a 16 apariciones de Obama.
Quizás en un grado mayor que en otros estado, el aborto es un asunto sumamente emocional en Virginia, pues los partidarios de su legalización acusan a los llamados «pro-vida», de librar lo que llaman «una guerra contra las mujeres».
Romney, quien alguna vez se declaró a favor del aborto, ahora es opositor de los casos que no sean el resultado de violación o incesto. Su candidato a la vicepresidencia, Paul Ryan, es más enfático: rechaza el aborto bajo cualquier circunstancia.
Virginia ha estado a la vanguardia de este tema, gracias a un sinnúmero de leyes y regulaciones a nivel estatal que, según los críticos, están destinadas a hacer más difícil abortar.
Una de estas leyes determina que las que aspiran a abortar deban primero someterse a un ultrasonido, hecho que los críticos han tildado de humillante e inútil. De hecho, el republicano Bob McDonnell, gobernador de ese estado, tiene el apodo de «Gobernador ultrasonido».
«Es importante para mí porque quiero preservar el derecho al aborto», que ya fue confirmado por la Corte Suprema, dijo Carol Adams, habitante de Virginia.
«Mientras que el aborto no es un tema clave en esta elección, dentro del contexto de los derechos de las mujeres parece ser un asunto relativamente importante en Virginia», aseguró Geoffrey Skelley, analista político de la Universidad de Virginia.
«La economía es el tema número uno en todas partes, pero debido a los acontecimientos recientes en la política de Virginia, el aborto y otras cuestiones relacionadas -como el acceso al control de la natalidad- están jugando un papel» importante, afirma Skelley.
La Asociación Nacional para la Revocatoria de leyes sobre el aborto (NARAL por sus siglas en inglés) puso en marcha una campaña de inscripción de votantes en Virginia en un intento por obtener el mayor número de partidarios del aborto en las urnas el día de la elección.
«Estamos apuntando a poblaciones históricamente no-representadas, las mujeres, las minorías raciales, las madres solteras y las mujeres de bajos ingresos, a fin de asegurarnos de que las voces de ellas sean escuchadas el 6 de noviembre», dijo Alena Yarmosky, activista de la NARAL.
Por su lado, las mujeres del grupo de acción política Speak Out han destinado 500.000 dólares para anuncios de televisión en los tres estados, incluyendo Virginia, para denunciar lo que llaman el «récord de abortos» durante la administración Obama.