La disciplina en el Metro
Por circunstancias económicas, me he visto en la necesidad de transportarme en el Metro Santo Domingo que dirigen los ingenieros Diandino Pena y Leonel Carrasco. Para mi sorpresa (y sé que algunos amigos me querrán freir en aceite de alquitrán), el orden que impera en el Metro es muy diferente a lo que se ve diariamente en las calles de Santo Domingo.
En el transporte público, así como en cualesquiera de nuestras vías, la inseguridad es patética y a cualquiera lo atracan, vejan o lo matan para llevarle un celular. Quienes utilizan el Metro, no se atreven a armar escándalos o lanzar palabras descompuestas; como tampoco tirar basura en las estaciones y el interior de los trenes.
Entre Diandino y Leonel Carrasco han comenzado tal vez sin saberlo- a crear una visión diferente de los dominicanos. Si usted observa a esos pasajeros, no podría imaginar que, muchos de ellos, son los mismos que, fuera del Metro, hacen todas las cosas inconsecuentes y que van en detrimento del país.
Se ven como angelitos que no son capaces de decir un “San Antonio” o sacar una cartera de los bolsillos de otra persona.
En diferentes ocasiones, he dicho que la clave de ese buen comportamiento es la presencia de los hombres y mujeres que conforman el Cuerpo Especializado de la Seguridad del Metro, quienes imponen el orden y respeto en base a la política de educar y someter a la obediencia sin necesidad de reprimir físicamente. Lo que se ve y disfruta en las paradas del Metro, también se puede conseguir en los otros puntos del país.
Ese comportamiento es posible tenerlo a nivel general.
Parecería que los dominicanos necesitamos que nos sometan a la disciplina.
Antes, consideraba que el Metro se llenaría de basura, que la delincuencia tendría un nicho importante para sus constantes acciones y que miles de adolescentes estarían haciendo lo que les viniera en ganas.
Para mi alegría, las cosas no son así y estimo que los ministros de Interior y de Defensa, José Ramón
Fádul y Sigfrido Pared Pérez, junto al jefe de la Policia Nacional, Manuel Castro Castillo, deberían asesorarse con Diandy y Leonel para que les ofrezcan las claves de sus éxitos.
El orden imperante en el Metro de Santo Domingo, nos lleva a la conclusión de que no todo está perdido.