Opinión

La imagen

La imagen

El norteamericano Ivy Lee, padre de las Relaciones Públicas, cambió la imagen de explotador y monopolista que tenía Rockefeller. Sugirió hacer donaciones a personas enfermas, asilos y orfelinatos y la prensa empezó a descubrir aspectos humanitarios del empresario.

La imagen no es lo que una persona piensa que es. La imagen es la percepción que los demás tienen de esa persona. Y la imagen puede ser favorable o desfavorable dependiendo de las características ofertadas de una persona o institución.

Hoy, con la diversidad y el poder de los medios de comunicación, la personalidad o institución que no haga uso adecuado de esos medios le resultaría difícil cristalizar sus propósitos. Lo que no se oferta no se vende. Y se requiere, regularmente, la asistencia de profesionales de las relaciones públicas, el marketing y la publicidad.

Solo hay que ver que los productos de alto consumo en la población son aquellos que se promocionan en los medios de comunicación, sobre todo en los electrónicos, que siguen siendo los de mayor alcance. Productos que no se publicitan, la gente desconoce su posible calidad.

Ese mismo fenómeno se da con las instituciones, en sus diferentes ramos, y también con las personalidades públicas, indistintamente de que sean deportistas, empresarios, artistas, políticos u hombres o mujeres de ciencias. Todos ameritan divulgar sus posibles virtudes para la creación de una imagen favorable.

Muchas veces no hay consonancia entre la realidad del producto y la percepción que se tiene del mismo. El producto puede ser malo, pero las relaciones públicas y las agencias publicitarias hacen milagros en torno a la imagen, mediante efectivo uso de los medios y hasta de las redes sociales, que ya no se pueden excluir en el diseño de una campaña.

La imagen personal involucra múltiples vertientes. Incluye hasta el vestir. Cuando el extinto Rafael Caldera optó en 1994 para la presidencia de Venezuela, le echaban en cara su avanzada edad, pero el hombre hizo su campaña en jeans, tennis y camisa de cuadros. No sería un factor determinante en su triunfo, pero en algo influyó.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación